La organización no gubernamental Convite ha emitido una alerta sobre la alarmante escasez de medicamentos esenciales en Venezuela. Durante el mes de marzo, la carencia alcanzó un preocupante 36,9%, lo que representa un incremento de 1,1 puntos porcentuales en comparación con el 35,8% del mes anterior.

Los fármacos más afectados por esta escasez son los utilizados para tratar enfermedades como la diabetes, hipertensión, convulsiones, depresión e infecciones respiratorias agudas. Según el informe más reciente de Convite, en al menos dos de cada diez farmacias visitadas no se encontraron estos medicamentos esenciales.

Esta tendencia de desabastecimiento no es uniforme en todo el país. Se han destacado casos como en San Fernando de Apure y Caracas, donde el suministro de medicinas para estas enfermedades está particularmente comprometido. A pesar de la falta de algunos fármacos, los resultados de abastecimiento en estas áreas siguen siendo relativamente favorables.

Por otro lado, la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar), alineada con el oficialismo, ha presentado cifras que pintan un panorama distinto. Informan que, en febrero, el mercado farmacéutico venezolano experimentó un crecimiento del 48,4% en comparación con el mismo mes del año anterior. Además, en los primeros dos meses de 2024, el sector mostró un aumento del 51,9% respecto a enero y febrero de 2023, aunque no especificaron para qué enfermedades se destinaron los medicamentos.

A pesar de las declaraciones del presidente de Cifar, Tito López, sobre la fortaleza del mercado farmacéutico en Venezuela, la crisis política, económica y social que atraviesa el país ha provocado una escasez generalizada de productos básicos, incluyendo los medicamentos. En 2019, cuando la escasez de medicamentos llegó al 80%, emergieron mercados paralelos que vendían tratamientos a precios exorbitantes, dejando a los sectores más vulnerables sin acceso a la atención necesaria.

Según estimaciones recientes, aproximadamente 9,3 millones de venezolanos sufren enfermedades y no pueden acceder a los medicamentos debido a su limitado poder adquisitivo. Casi el 90% de la población depende del sistema de salud público, el cual se encuentra colapsado debido a la crisis. Es imperativo mantener y fortalecer los programas humanitarios para enfrentar esta situación crítica en el país.

Te puede interesar: Escándalo en la UAM-Xochimilco: Álvarez Máynez enfrenta abucheos y protestas durante su visita