Un brote de gastroenteritis, causado por el virus estomacal altamente contagioso norovirus, ha puesto en alerta a la población del noreste de Estados Unidos. Este virus, que se propaga con facilidad y provoca síntomas alarmantes como diarrea violenta, ha afectado a la región, provocando el cierre de escuelas y generando preocupación entre los residentes.

El Dr. Alfred Sacchetti del Hospital Virtua Our Lady of Lourdes en Camden, Nueva Jersey, ha advertido sobre la peligrosidad de este virus, señalando que la exposición a una sola partícula del norovirus puede desencadenar la enfermedad. Datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que la región del noreste, en especial Pensilvania, Nueva Jersey y Nueva York, registra una alta tasa de positividad para esta cepa hipervirulenta.

De acuerdo con los CDC, a principios de febrero, se encontró que el 14% de las pruebas de hisopo realizadas en la región dieron positivo por norovirus, lo que representa un aumento significativo desde noviembre. Este virus no se limita al noreste, ya que está en aumento en todo el país, con un 12% de casos positivos, un aumento del 3% desde el último estudio.

El norovirus se transmite principalmente a través de la ingestión de alimentos contaminados, el contacto con personas infectadas o superficies contaminadas. Los síntomas abarcan desde diarrea y dolor de estómago hasta vómitos, lo que puede llevar a una pérdida considerable de líquidos y a la deshidratación.

Este virus es altamente contagioso, ya que se requiere una mínima exposición para infectarse, y los infectados pueden continuar propagando la enfermedad incluso después de que sus síntomas hayan mejorado. Los niños, quienes suelen ser más vulnerables a la infección, han contribuido a la propagación del norovirus, resultando en el cierre de diversas instituciones educativas en la región del noreste.

Entre las medidas preventivas recomendadas se encuentran el lavado exhaustivo de frutas y verduras, la cocción adecuada de mariscos y, sobre todo, el lavado frecuente de manos con agua y jabón, puesto que el norovirus muestra resistencia a los desinfectantes a base de alcohol. El Dr. Sacchetti enfatiza que «el agua y el jabón son la mejor protección contra esta enfermedad».

Aquellas personas infectadas deben permanecer en casa, abstenerse de preparar alimentos para otros mientras estén enfermos y durante los dos días siguientes al cese de los síntomas, además de asegurarse de mantenerse hidratadas para prevenir la deshidratación, un síntoma grave asociado al norovirus.

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