AstraZeneca, reconocida farmacéutica con sede en Cambridge, admitió en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior, que su vacuna contra el covid-19 puede desencadenar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) en casos muy excepcionales. Esta impactante revelación se produjo después de una demanda colectiva de varios millones de dólares presentada por familias que alegan haber sufrido lesiones graves o incluso la muerte como resultado de la vacuna «defectuosa».

El primer caso conocido fue el de Jamie Scott, un padre de dos hijos que quedó con una lesión cerebral permanente después de recibir la vacuna de AstraZeneca. En total, se han presentado 51 casos en Gran Bretaña y las víctimas y sus familiares están solicitando una compensación por un valor que supera los 125 millones de dólares.

Pero la controversia no termina aquí. En Italia, una joven de tan solo 18 años falleció tras recibir la vacuna, lo que desencadenó una investigación sobre un grupo de médicos y personal sanitario. En el mismo año, la Agencia Europea de Medicamentos reveló que los coágulos de sangre combinados con niveles bajos de plaquetas deberían incluirse como un efecto secundario muy raro de la vacuna de AstraZeneca.

El síndrome de trombosis con trombocitopenia TTS es una condición médica poco común que puede resultar en coágulos sanguíneos junto con un recuento bajo de plaquetas, lo cual es crucial para la coagulación sanguínea.

El gobierno británico prometió pagar las facturas legales de AstraZeneca en caso de perder la demanda, utilizando el dinero de los contribuyentes para compensar a las víctimas. Todo esto como parte de un acuerdo de indemnización que se hizo con la farmacéutica durante la pandemia de covid-19.

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