Este sábado, un ataque con drones en la región de Sumi, al noreste del país, dejó al menos nueve personas muertas y siete heridas, algunas de ellas de gravedad, tras impactar directamente contra un autobús que transportaba civiles en ruta de evacuación.

El hecho ocurrió cerca de la localidad de Bilopillia, cuando un dron ruso tipo Lancet —guiado por un vehículo aéreo no tripulado— alcanzó un autobús que se dirigía hacia la ciudad de Sumi. Así lo confirmó Yuri Zarko, alcalde de Bilopillia, quien detalló que los pasajeros estaban siendo evacuados cuando ocurrió el impacto.

El alcalde en funciones de Sumi, Artem Kobzar, fue quien actualizó el número de víctimas fatales en su cuenta oficial de Telegram. “Desgraciadamente, el número de muertos aumentó a nueve”, lamentó. Además, señaló que tres de los heridos se encuentran en estado grave, lo que hace temer que la cifra de víctimas pueda aumentar en las próximas horas.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski no tardó en pronunciarse, condenando enérgicamente el ataque. A través de su canal de Telegram, denunció que una familia completa murió en el atentado: padre, madre e hija. “Fue una matanza deliberada de civiles”, escribió, dejando claro el carácter atroz del incidente.

Por su parte, Oleg Grigorov, jefe de la Administración Regional Militar, confirmó que en el autobús no viajaban militares, sino únicamente civiles, lo que refuerza las acusaciones de crímenes de guerra contra Rusia.

Este ataque se suma a una serie de ofensivas similares que han golpeado infraestructuras no militares, especialmente en regiones cercanas al frente de batalla. Desde el inicio del conflicto, las autoridades ucranianas han documentado numerosos ataques contra objetivos civiles, lo que ha llevado a organismos internacionales a iniciar investigaciones por posibles violaciones al derecho internacional humanitario.

Zelenski, en su mensaje, volvió a exigir al mundo “una respuesta más contundente y activa” para detener lo que calificó como “terrorismo sistemático contra la población ucraniana”.

Aunque por ahora no se han registrado reacciones oficiales por parte del Kremlin, el incidente despertó nuevas críticas por parte de líderes europeos, quienes en los últimos días han intensificado las discusiones sobre el envío de más apoyo militar y humanitario a Ucrania.

El ataque ocurrió en un contexto de creciente tensión en el noreste ucraniano, donde las fuerzas rusas han intensificado su actividad en las últimas semanas, apuntando contra zonas residenciales, servicios de evacuación y rutas de abastecimiento.

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