Una coalición tripartita conformada por conservadores, socialdemócratas y neoliberales ha asumido el poder en Austria luego de intensas negociaciones y 154 días después de las elecciones legislativas. El ultranacionalista y euroescéptico Partido de la Libertad (FPÖ), por primera vez el más votado a nivel nacional, quedó en el segundo plano como parte de la oposición.

Liderados por el conservador Christian Stocker, los 21 miembros del nuevo gabinete prestaron juramento ante el presidente del país, el ecologista Alexander van der Bellen, en una solemne ceremonia televisada en directo desde el Palacio Hofburg, sede de la presidencia. Con 110 escaños en el Parlamento, el Ejecutivo cuenta con la mayoría necesaria para llevar a cabo sus propuestas y planes de gobierno.

«Todo lo bueno llega a quien sabe esperar», expresó Van der Bellen en referencia a las prolongadas negociaciones que finalmente concluyeron en un acuerdo de Gobierno. El presidente destacó la importancia de que los tres partidos hayan logrado superar sus diferencias y trabajar en conjunto por el bienestar del país.

El nuevo gobierno, que sustituye a la coalición anterior de conservadores y verdes, se ha propuesto metas ambiciosas que van desde garantizar la paz en Europa, fortalecer la democracia liberal, hasta lograr la estabilidad económica y social en Austria. Con un plan de gobierno que abarca los próximos cinco años, se espera que se logre sacar al país de la recesión económica, reducir la inmigración ilegal y frenar el avance de la ultraderecha populista en la nación.

El líder del ÖVP, Christian Stocker, asume el cargo de canciller federal, mientras que el vicecanciller y ministro de Vivienda, Artes, Cultura, Medios de comunicación y Deporte es Andreas Babler, jefe de los socialdemócratas. La presidenta de Neos, se convierte en la nueva ministra de Asuntos Exteriores, marcando así un hito al convertirse en el primer gobierno tripartito en Austria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Las negociaciones previas estuvieron marcadas por la incertidumbre, especialmente cuando el ultraderechista Herbert Kickl recibió el encargo de formar un gobierno y fracasó en sus intentos de llegar a acuerdos con los conservadores. Tras varios intentos fallidos, la coalición tripartita se estableció como la opción más viable para el país.

Con la instalación oficial del nuevo gobierno, el Partido de la Libertad, ahora en la oposición, expresó su descontento en las redes sociales al señalar que «la única cosa que une a esta coalición perdedora es la sed de poder». A pesar de las diferencias ideológicas, la coalición tripartita se ha comprometido a trabajar en conjunto por el bienestar y progreso de Austria.

Podría interesarte:

• Israel: ataque con arma blanca causa dos muertos y cuatro heridos
• Presidente alemán resalta lazos entre Europa y Sudamérica en medio de crisis global