Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado luz verde al envío de minas antipersona a Ucrania en lo que representa otro significativo giro en la política estadounidense. Esta decisión se suma a la autorización reciente para que las autoridades ucranianas utilicen armamento de largo alcance suministrado por EE. UU. contra Rusia, según lo han reportado varios medios de comunicación en base a fuentes confiables.

En un contexto en el que los avances rusos amenazan con sobrepasar las defensas ucranianas, Washington espera que Ucrania utilice las minas antipersona para reforzar sus líneas defensivas dentro de su territorio. Se ha dejado claro que el propósito de esta acción no es promover una capacidad ofensiva contra Rusia, sino más bien apuntalar la defensa de Ucrania en medio de un conflicto en curso.

Las minas terrestres se espera que ayuden a las tropas ucranianas a contener a los militares rusos, dirigiéndolos hacia zonas donde puedan ser neutralizados de manera más efectiva. Este movimiento estratégico tiene como objetivo frenar los avances rusos en regiones como Donetsk, donde las fuerzas rusas han logrado territorio a una velocidad sin precedentes desde el año 2022.

Es importante destacar que si bien Estados Unidos ha estado proporcionando minas antitanque a Ucrania desde el inicio de la guerra, se había evitado entregar minas antipersona debido a las preocupaciones sobre los riesgos que representan para la población civil. Los grupos de Derechos Humanos han expresado su inquietud por el uso de estas minas, ya que pueden causar daños indiscriminados y permanecer activas durante períodos prolongados después de finalizado el conflicto.

Biden realiza cambios en su política de defensa en Ucrania

Según funcionarios informados, las minas que se suministrarán a Ucrania serán del tipo «no persistente», lo que significa que contarán con mecanismos internos para limitar su vida útil, con el objetivo de mitigar el peligro para los civiles. Además, se ha establecido el compromiso por parte de las autoridades ucranianas de no desplegar estas minas en áreas densamente pobladas.

Cabe señalar que ni Rusia ni Estados Unidos son signatarios del Tratado de Prohibición de Minas de 1997, conocido como la Convención de Ottawa, que prohíbe el uso y traslado de minas terrestres antipersona. Por el contrario, Ucrania sí forma parte de este tratado. Este país se ha convertido en uno de los más afectados por la presencia de minas, con aproximadamente una cuarta parte de su territorio contaminado por estos artefactos letales tras años de conflicto.

Organizaciones como Human Rights Watch han alertado sobre el riesgo de socavar los avances logrados por este tratado internacional debido al uso continuado de minas antipersona por parte de países no signatarios, como Rusia y Birmania. Pese a los avances significativos desde su implementación hace 25 años, la falta de adhesión de algunas naciones compromete la efectividad de este tratado crucial para la protección de civiles y la seguridad mundial.

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