El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha cumplido su promesa de viajar a África antes de terminar su mandato, iniciando una visita de tres días a Angola. Esta visita es, por ahora, el último viaje oficial anunciado de su mandato, en un momento en que la atención mediática se centra en la inminente llegada de su sucesor, Donald Trump.

La competencia geoestratégica con China

En un contexto marcado por la competencia geoestratégica con China en África, Biden busca simbolizar la nueva aproximación que su Gobierno ha dado a la relación con el continente. Estados Unidos y sus aliados promueven en Angola una alternativa africana a la Nueva Ruta de la Seda china, con la intención de reforzar la cooperación económica y el desarrollo de infraestructuras a largo plazo.

En este sentido, el presidente se centrará en el proyecto de inversión más emblemático que ha apoyado, el corredor transafricano Lobito, que busca conectar el puerto de Lobito con la República Democrática del Congo y otros países de la región. Esta iniciativa se presenta como una alternativa transparente y competitiva a las inversiones chinas en infraestructuras, que han generado preocupaciones respecto a la deuda y los estándares laborales.

La visita de Biden a Angola es la primera de un presidente de Estados Unidos al país y África en casi una década, lo que refleja el interés renovado de la administración por reforzar las relaciones con el continente. Se espera que durante su estancia, el presidente destaque el aumento y la fortaleza de las relaciones entre Estados Unidos y Angola, así como el compromiso de reforzar las alianzas en toda África. Además, Estados Unidos ha defendido la inclusión de nuevos puestos para África en el G-20, en el Consejo de Seguridad de la ONU y en las instituciones financieras internacionales, como parte de una estrategia para impulsar el papel del continente en la escena global.

Promoción de la inversión y desarrollo sostenible

La iniciativa busca promover la inversión y el desarrollo sostenible, a la vez que fomenta estándares más altos en términos de trabajo, igualdad de género, salud y protección ambiental. En contraste con la iniciativa china de la Nueva Ruta de la Seda, que ha generado preocupaciones por la deuda y los estándares laborales, el enfoque de Estados Unidos en África busca ofrecer una alternativa más transparente y comprometida con la sostenibilidad. A través de la Asociación para la Infraestructura Global y la Inversión, el país y sus socios del G7 están impulsando proyectos que cumplen con criterios más exigentes en términos de inversión y desarrollo.

En este sentido, el corredor transafricano Lobito se presenta como un ejemplo de esta nueva aproximación, que busca fortalecer la seguridad alimentaria, impulsar la producción agrícola y mejorar las telecomunicaciones y las energías renovables en la región. Además, se espera que esta iniciativa facilite el acceso a minerales críticos, como el cobalto y el cobre, en la República Democrática del Congo.

A pesar de la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca, el Gobierno de Biden confía en que su política en África tenga continuidad en los años venideros. Los altos cargos se muestran optimistas respecto a la posibilidad de que las futuras administraciones sigan promoviendo la inversión y el desarrollo sostenible en el continente, como parte de una estrategia para competir con China y promover estándares más altos en términos de trabajo y protección ambiental.

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