Minsk.- Bielorrusia ha dado un paso crucial en la consolidación de sus lazos militares con China al acoger tropas chinas en un ejercicio conjunto cerca de su frontera con Polonia, miembro de la OTAN. El ejercicio, denominado Asalto Águila 2024, se lleva a cabo en la región de Brest y se extenderá por un total de 11 días.

Este movimiento estratégico de Bielorrusia se produce en un momento crucial, justo antes de la cumbre de la OTAN en Washington y después de haberse unido recientemente a una organización de seguridad regional liderada por China y Rusia. Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, reconocido por su régimen autoritario y la represión de la oposición en 2020, ha buscado fortalecer los lazos con China como una medida de contrapeso ante las sanciones impuestas por Occidente.

La presencia de tropas chinas en Bielorrusia no pasa desapercibida en medio de la crispación internacional, especialmente tras permitir a Rusia utilizar su país como base para la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Además, el traslado de armas nucleares tácticas rusas a Bielorrusia en 2023 ha despertado preocupaciones en la comunidad internacional.

En este contexto, Bielorrusia se encuentra en una delicada posición entre dos grandes potencias militares como China y Rusia, con intereses y agenda propias a nivel nacional e internacional. Lukashenko, a pesar de las críticas y sanciones occidentales, ha reiterado su compromiso con la defensa de su soberanía y fronteras, acusando a la OTAN de hostilidad y advirtiendo de una respuesta contundente a cualquier intento de violación de su territorio.

Con la mirada puesta en el futuro y la incertidumbre que rodea las relaciones internacionales, Bielorrusia busca diversificar sus alianzas y ampliar su red de colaboración, aprovechando su posición estratégica en la región.

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