Beirut.- En un trágico suceso que ha generado conmoción en la región, un bombardeo israelí llevado a cabo el miércoles en Líbano resultó en la muerte de un alto jefe del brazo armado de Fatah. Este movimiento palestino con sede en Cisjordania ocupada ha acusado a Israel de tener intenciones de desencadenar un conflicto regional, en un momento crítico derivado de la reciente guerra en la Franja de Gaza.

El ataque que acabó con la vida del líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo militar de Fatah, se produjo al concluir la última gira del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, por Medio Oriente. Durante esta novena gira desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas en octubre pasado, Blinken buscaba lograr una tregua en medio de una escalada de violencia inquietante.

A pesar de los esfuerzos de mediación del gobierno de los Estados Unidos, las negociaciones para alcanzar un alto el fuego han resultado en puntos muertos, sin avances visibles. Aun así, Blinken advirtió que la propuesta estadounidense podría representar «la última oportunidad» para llegar a una paz duradera en la región.

Washington ha expresado su preocupación por el riesgo de una conflagración regional, con posibles represalias de Irán y sus aliados, incluyendo el Hezbolá libanés, contra Israel. Este temor se aviva tras el asesinato del líder de Hamas en Teherán el pasado 31 de julio, que fue atribuido a Israel y podría desencadenar una espiral de violencia en la región.

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