Kiev.- En la madrugada del pasado domingo, un devastador bombardeo ruso impactó la ciudad de Mirnogrado, ubicada en el este de Ucrania, dejando a su paso al menos 11 heridos, según informaron las autoridades locales. Este acto de violencia atroz tuvo lugar a tan solo 40 kilómetros de la línea del frente, en un claro intento de sembrar el caos y el sufrimiento en la región.

Según el comunicado emitido por el ministerio público en la región de Donetsk, las fuerzas rusas llevaron a cabo el ataque en un barrio residencial alrededor de las 03:00 del 10 de marzo. El resultado fue devastador, con un joven de 16 años y cinco mujeres y cinco hombres de diferentes edades entre los heridos. Además, las explosiones afectaron a 17 edificios de gran altura, dejando a su paso un rastro de destrucción y desolación.

Aunque en un principio se creía que se trataba de misiles S-300, informaciones más detalladas de la policía nacional señalan que probablemente se emplearon tres bombas aéreas planeadoras UMPB D-30SN. Estas bombas aéreas mejoradas representan un nuevo desafío y requieren una preparación especial por parte de las fuerzas de defensa antiaérea.

Por otro lado, Ucrania denunció que Rusia lanzó una serie de drones Shahed, de fabricación iraní, contra diversas regiones del país, incluyendo la capital, Kiev. La fuerza aérea ucraniana logró derribar 35 de estos drones en 10 regiones, evitando así posibles ataques adicionales.

En medio de esta escalada de violencia, el Ministerio de Defensa ruso anunció avances en varios sectores del frente, incluyendo la toma del bastión ucraniano de Avdivka. Esta situación se da en un contexto en el que la ayuda occidental a Ucrania ha disminuido considerablemente, dejando al país en una situación vulnerable frente a las agresiones rusas.

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