Brasil ha dado un paso firme al negarse a incluir a Venezuela en la lista de países asociados a los BRICS después de que el presidente Nicolás Maduro intentara presionar “a última hora” para lograr su ingreso. Fuentes gubernamentales manifestaron a EFE que Brasil reaccionó de manera enfática rechazando la inclusión de Venezuela debido al actual estado poco amistoso de las relaciones entre ambas naciones. Los representantes de los nueve miembros de este foro acordaron por consenso la lista de trece países asociados a los BRICS, que aún no ha sido aprobada oficialmente, en una reunión en Kazán, Rusia.

Inicialmente, se trabajó con una lista de doce países que se amplió en la reunión incluyendo a Argelia. Los tres países que integran la lista filtrada a la prensa son Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. La inclusión de Venezuela no estaba contemplada inicialmente, pero las gestiones de Maduro con el presidente ruso, Vladímir Putin, llevaron a Brasil a manifestarse en contra de forma más enfática, generando irritación en el Gobierno venezolano.

El contexto de la relación bilateral

Al término de la cumbre, el Gobierno venezolano calificó el veto de Brasil como un gesto hostil y una agresión contra los intereses de la nación. La Cancillería venezolana expresó que con esta decisión se está reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidas desde los centros de poder occidentales. Las relaciones entre Caracas y Brasilia se han deteriorado desde las elecciones presidenciales de julio, en las que declararon a Maduro vencedor en una decisión cuestionada por la oposición. Brasil se ha negado a reconocer la victoria de Maduro y ha solicitado que se divulguen las actas electorales para demostrarla.

Junto a Colombia y México, Brasil busca mediar entre el chavismo y la oposición para resolver la crisis en Venezuela, pero el veto en los BRICS refleja la tensión entre ambos países. La cumbre de los BRICS en Kazán también reveló la creación de una nueva categoría de “país asociado” para integrar a tres nuevos países, facilitando la ampliación del bloque ante la negativa de algunos miembros a continuar con esa tendencia. Tras la ronda de consultas liderada por Rusia, los nuevos asociados oficializarán su entrada en esta categoría.

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