Pekín.- Durante una histórica reunión en la lujosa residencia estatal de Diaoyutai en Pekín, el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Takeshi Iwaya, expresó su profunda preocupación por «la intensificación de las actividades militares» de China en la región. Este encuentro entre el jefe de la diplomacia japonesa y su homólogo chino, Wang Yi, marca la primera visita oficial de Iwaya a China y pone de manifiesto la creciente tensión entre ambos países.

Durante la reunión, el ministro japonés transmitió las «graves preocupaciones» de Tokio sobre «la situación en el mar de China Oriental, especialmente en torno a las islas Senkaku», que son administradas por Japón pero también reclamadas por China bajo el nombre de Diaoyu. Iwaya hizo hincapié en la preocupación de Japón frente a «la intensificación de las actividades militares de China», lo que ha generado una creciente inquietud en la región.

Por su parte, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, declaró que a pesar de las tensiones, «China está dispuesta a trabajar con Japón, enfocándose en los intereses comunes, y a reforzar el diálogo y la comunicación». Ambos países también acordaron realizar la visita del ministro de Asuntos Exteriores Wang a Japón en el próximo año, con el objetivo de fortalecer los lazos bilaterales.

Las tensiones aumentan entre Pekín y Tokio

Sin embargo, la cancillería china no hizo referencia a las declaraciones del ministro japonés sobre las maniobras militares de Pekín en la región, lo que evidencia la delicada situación diplomática entre ambos países. A pesar de mantener una importante relación comercial, las tensiones territoriales y el aumento de los gastos militares han profundizado las rivalidades entre China y Japón.

China ha llevado a cabo recientemente sus ejercicios marítimos más significativos en años, abarcando un amplio perímetro que incluye desde las islas del sur de Japón hasta el mar de China Meridional, lo que ha generado preocupación en la región. Tokio, como estrecho aliado de Estados Unidos, ha incrementado sus gastos de defensa en respuesta a las maniobras militares de Pekín, provocando un clima de inestabilidad en la región asiática.

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