El presidente de Colombia Gustavo Petro, está considerando un cambio significativo en su política de drogas al explorar la autorización de la producción y comercialización de coca y amapola con fines médicos, científicos e industriales.

Un borrador de decreto publicado el martes revela la propuesta que busca regular la posesión de semillas, otorgar licencias de cultivo y permitir el uso de plantaciones con fines específicos.

Este cambio de enfoque se enmarca en los esfuerzos del Gobierno colombiano para transitar de economías ilícitas a lícitas, desarticulando el narcotráfico y fomentando la investigación sobre las propiedades y finalidades de las plantas de amapola, cannabis y coca.

El documento destaca que el cultivo y uso de estas plantas, tradicionalmente asociadas al narcotráfico, violencia y conflicto armado, han sido estigmatizados, desincentivando su exploración.

Colombia explora la posibilidad de regular la producción de coca y amapola para fines médicos e industriales

La propuesta incluye la creación de marcos regulatorios para los usos alternativos de estas plantas, con el objetivo de respaldar la economía, la lucha contra el cambio climático y el desarrollo rural.

Se enfatiza la importancia de la asociación con organizaciones campesinas y comunidades étnicas en áreas afectadas por el conflicto armado y el narcotráfico.

Colombia, conocido como uno de los mayores productores mundiales de coca, ha enfrentado desafíos significativos en relación con el narcotráfico y su conflicto interno.

La producción potencial de cocaína aumentó en 2022, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Este cambio en la regulación busca abordar estos problemas desde una perspectiva diferente, promoviendo la investigación y desarrollo en lugar de estigmatizar automáticamente estas plantas.

A pesar de estos esfuerzos, la propuesta ha generado controversia y rechazo por parte de legisladores de la oposición.

Algunos han argumentado que la legalización propuesta violaría directamente la Constitución, al tiempo que alertan sobre las posibles implicaciones legales y consecuencias para la seguridad del país.

Actualmente, la ley colombiana permite la cosecha y tenencia limitada de cannabis para uso personal, así como la producción y exportación de cannabis medicinal.

Sin embargo, la compleja regulación ha obstaculizado el desarrollo de esta industria.

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