El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, alguna vez considerado un aliado clave en la lucha contra el narcotráfico por las autoridades estadounidenses, enfrenta ahora un juicio en Nueva York, acusado de liderar un ‘narcoestado’. Este proceso marca una asombrosa caída en desgracia para un líder político que fue visto durante mucho tiempo como beneficioso para los intereses de Estados Unidos en la región.

Cargos contra Juan Orlando Hernández

Hernández, arrestado y extraditado a Estados Unidos hace casi dos años, está siendo juzgado en un tribunal federal de Manhattan por cargos de tráfico de drogas y armas. La selección del jurado comenzó para un juicio que se espera dure dos o tres semanas, según el juez P. Kevin Castel.

Las autoridades federales sostienen que Hernández se benefició del tráfico de drogas durante casi dos décadas, colaborando con cárteles, incluido el poderoso Cártel de Sinaloa en México.

Los millones de dólares del narcotráfico contribuyeron a su ascenso político, desde congresista hasta dos mandatos presidenciales consecutivos. A cambio de sobornos, se permitió a los narcotraficantes operar en Honduras con impunidad, según los fiscales estadounidenses.

Durante su primera campaña presidencial ganadora, Hernández habría solicitado 1,6 millones de dólares a un narcotraficante para apoyar su campaña y otras de su partido conservador. Su hermano también habría recibido una donación de campaña de un millón de dólares del líder del Cártel de Sinaloa, ‘El Chapo’ Guzmán, con la promesa de un paso seguro para los cargamentos de droga a través de Honduras.

Investigación y detención del expresidente de Honduras

Los fiscales de Nueva York pasaron años desentrañando las organizaciones narcotraficantes hondureñas antes de llegar a Hernández. Fue arrestado en su casa en Tegucigalpa en 2022, tres meses después de dejar el cargo, y extraditado a Estados Unidos en abril de ese año. El fiscal general de Estados Unidos en ese momento, Merrick Garland, afirmó que Hernández abusó de su posición para operar el país como un ‘narcoestado’.

Un juicio que define una era para Honduras y Estados Unidos

Los abogados de Hernández han declinado hacer comentarios antes del juicio. El expresidente, que obtuvo una maestría en la Universidad Estatal de Nueva York, ha mantenido firmemente su inocencia, argumentando que las acusaciones son una venganza de los narcotraficantes que extraditó a Estados Unidos. Cabe resaltar que enfrenta cargos federales que incluyen conspiración para tráfico de drogas y posesión de armas.

En el mismo tribunal, los coacusados de Hernández, el exjefe de la policía nacional hondureña, Juan Carlos Bonilla, y su primo Mauricio Hernández Pineda, se declararon culpables en las últimas semanas de cargos de tráfico de drogas.

El juicio de Juan Orlando Hernández es más que un proceso legal; es un hito que marca una era en las relaciones entre Honduras y Estados Unidos. Lo que alguna vez se manejó como una colaboración estratégica en la lucha contra las drogas ahora se revela como una trama de corrupción y narcotráfico. El resultado de este juicio no solo determinará el destino del expresidente, sino también la dirección futura de la política y las relaciones bilaterales entre ambos países.

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