Activistas que buscan una reforma policial y defensores de los derechos civiles se unieron el domingo junto a miles de personas para conmemorar el quinto aniversario del asesinato de George Floyd.

Del mismo modo, hubo servicios religiosos, conciertos y vigilias en distintas partes de Estados Unidos, además de criticar al gobierno del presidente Donald Trump por retrasar sus esfuerzos.

Concretamente en Houston, junto a la tumba de Floyd, el reverendo Al Sharpton destacó que Floyd se ha convertido en un símbolo de aquellos que están indefensos ante el abuso de poder.

Sharpton comparó su asesinato con el de Emmett Till, un niño afroamericano que fue asesinado en 1955, subrayando que ambos han marcado momentos cruciales en la historia de los derechos civiles.

Por su parte en Minneapolis, lugar donde Floyd murió fue el centro de varias actividades conmemorativas, incluyendo conciertos, un festival callejero y una feria de autocuidado.

Y a pesar de las promesas de reforma policial, algunos activistas critican el lento progreso, en tal sentido, Michelle Gross, presidenta de Communities United Against Police Brutality, enfatizó la frustración por la falta de cambios tangibles.

Reacciones y medidas gubernamentales

Durante la actual presidencia de Trump, se ha visto un retroceso en iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, ejerciendo presión para que gobiernos locales y otras entidades eliminen estas iniciativas.

Las conmemoraciones reflejan un momento complejo para los activistas, quienes esperaban que el asesinato de Floyd y las protestas mundiales subsecuentes condujeran a reformas policiales significativas y un enfoque continuo en la justicia racial.

La Plaza George Floyd en Minneapolis, donde ocurrió el asesinato, sigue siendo un símbolo de la lucha contra la brutalidad policial, recordando a todos los presentes la importancia de mantener el impulso hacia el cambio.

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