La ciudad de El Alto, la segunda más grande de Bolivia, se vio sacudida por una protesta este martes en repudio al aumento en los precios de los alimentos, una situación que se agrava debido a los bloqueos de caminos por parte de sectores afines al ex presidente Evo Morales en el centro del país, que han cumplido nueve días, y la escasez de combustible.

Los pobladores, desesperados por la situación, salieron a las calles con cacerolas vacías para expresar su preocupación. Una mujer que participaba en la manifestación declaró: «No tengo comida y no tengo trabajo», reflejando el sentir de muchos en la ciudad.

La crisis económica que vive Bolivia se hace palpable en El Alto, donde el comercio informal es una de las principales fuentes de sustento de la población.

Los precios de los alimentos han experimentado un vertiginoso aumento en las últimas semanas, impactando duramente en la economía de los habitantes.

Productos básicos como las vísceras de pollo han duplicado su precio, pasando de 6 a 10 bolivianos (0,8 a 1,4 dólares), mientras que el transporte urbano también se ha visto afectado por la escalada inflacionaria. Además, la falta de provisión de alimentos se suma a la crisis de combustible que ha generado largas filas en las estaciones de gasolina y diésel.

Si bien el Gobierno atribuye esta situación a los bloqueos de los seguidores de Morales en Cochabamba, los líderes de las protestas señalan que la crisis económica que afecta al país es una de las principales motivaciones detrás de sus acciones.

El viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, ha anunciado que el Ejecutivo está realizando gestiones para garantizar el suministro de carne a las ciudades de La Paz y El Alto, las más afectadas por los bloqueos en Cochabamba.

Los manifestantes exigen una pronta solución a la crisis económica que afecta al país, así como el fin de los procesos judiciales contra Morales y otros líderes del Movimiento al Socialismo (MAS).

Expertos y dirigentes sociales coinciden en que el incremento de precios en Bolivia se debe a la persistente falta de dólares desde 2023, así como a la irregular provisión de combustibles. Por otro lado, la inflación acumulada en septiembre alcanzó un 5,5%, la más alta en una década, lo que ha desatado una profunda crisis económica en el país.

En medio de la incertidumbre y la desesperación de la población, las protestas y cacerolazos en Bolivia continúan en aumento, mientras el Gobierno busca soluciones para atender las demandas de los ciudadanos afectados por la crisis.

Te podría interesar: México se ofrece para brindar apoyo técnico a Cuba en medio de la «emergencia energética».