Washington.- Un estudio recientemente publicado por la Commonwealth Fund, una fundación privada estadounidense, ha revelado datos alarmantes sobre la tasa de muerte por violencia con armas de fuego en Estados Unidos. Según este informe, los Estados de Misisipi, Islas Vírgenes, Luisiana y Nuevo México se encuentran en los primeros puestos de la lista de Estados con mayor índice de muertes por bala, superando incluso a países como México.

Estos datos preocupantes no sorprenden a los expertos, ya que en Estados Unidos «cada año mueren muchas más personas por causas relacionadas con las armas de fuego que en otros países de altos ingresos», según indica el estudio presentado por la Commonwealth Fund.

La violencia con armas de fuego ha alcanzado proporciones alarmantes en el país vecino del norte, tanto que el director general de Sanidad Pública de los Estados Unidos, Vivek Murthy, declaró oficialmente esta problemática como una crisis de salud pública el pasado 25 de junio. Murthy destacó que «más de la mitad de los adultos estadounidenses han sufrido violencia con armas de fuego o tienen un familiar que la ha sufrido», lo cual evidencia la magnitud de este problema.

Estados Unidos vive un alza en violencia por armas de fuego

Además, las estadísticas muestran que las armas de fuego se han convertido en la principal causa de muerte en los niños estadounidenses y en la principal herramienta utilizada en casos de violencia doméstica contra mujeres. En el año 2024, se habían registrado 248 tiroteos masivos en tan solo seis meses en Estados Unidos, mientras que en el año 2023 se reportaron más de 650, cobrando la vida de 43 mil personas.

Actualmente, los Estados Unidos se sitúan en el percentil 93 de mortalidad general por armas de fuego, en el 92 en niños y adolescentes, y en el 96 en mujeres, lo que evidencia que el problema afecta a diversos grupos de la sociedad. Las personas de raza negra, los indios americanos y los nativos de Alaska presentan las tasas de mortalidad por bala más altas entre todos los grupos étnicos o raciales.

A pesar de los esfuerzos realizados, el tráfico ilegal de armas en Estados Unidos sigue siendo un problema grave. Aunque el Gobierno de Joe Biden anunció nuevas medidas para regular la venta de armas en abril, más de 20 mil comerciantes no regulados operan en el país, lo que hace que más de la mitad de las armas que circulan sean de origen ilegal.

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