Tras varias semanas Cuba formalizó su adhesión a la demanda que Sudáfrica presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en contra de Israel por el genocidio en Palestina.

Según el gobierno cubano, la CIJ representa la última esperanza del pueblo palestino para poner fin a los crímenes internacionales de los que es víctima, responsabilizando a Estados Unidos de la impunidad con la que actúa Israel en estas acciones.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba entregó formalmente en la CIJ la Declaración de intervención en el caso «Aplicación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio en la Franja de Gaza” (Sudáfrica contra Israel).

La nación caribeña se suma así a la demanda presentada por Sudáfrica, compartiendo las preocupaciones expresadas por el país africano contra Israel por el genocidio en Palestina.

En su comunicado, el gobierno cubano destacó su compromiso con el derecho internacional, afirmando que la CIJ es la última esperanza del pueblo palestino y garante de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.

El gobierno de Cuba reiteró su profunda preocupación por la continua escalada de violencia por parte de Israel en los territorios palestinos ilegalmente ocupados.

La administración cubana condenó enérgicamente el asesinato de civiles, incluyendo mujeres, niños, ancianos y trabajadores humanitarios del sistema de la ONU, así como el bombardeo indiscriminado a la población civil palestina y la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructura vital civil.

En este sentido, demandó el cese inmediato e incondicional del genocidio contra el pueblo palestino.

Asimismo, Cuba manifestó su solidaridad y apoyo al pueblo de Palestina, calificando la situación como una «ilegítima ocupación colonial y flagrantes violaciones a sus legítimos derechos a existir como nación libre e independiente», que lleva más de 75 años.

El gobierno cubano subrayó que este caso, iniciado por Sudáfrica y secundado por más de una decena de países, debe ser entendido y atendido como un llamamiento urgente para detener los crímenes internacionales de genocidio contra la humanidad perpetrados contra el pueblo palestino.

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