La tensión en materia de inmigración en Estados Unidos parece no tener fin. En esta ocasión, el Departamento de Justicia ha demandado al estado de Texas por una nueva ley que pone en peligro los derechos de los migrantes. Esta legislación permitiría a la policía arrestar a aquellos inmigrantes que entren ilegalmente al país.

El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha sido llevado una vez más a los tribunales por su postura cada vez más dura con respecto a aquellos que cruzan la frontera provenientes de México. La demanda presentada por el Departamento de Justicia pone nuevamente a Texas en el ojo del huracán en lo que respecta a la política migratoria.

Esta demanda se suma a los conflictos que ya enfrenta Texas en relación a la inmigración. Ciudades como Nueva York y Chicago están rechazando la llegada de autobuses y aviones que transportan inmigrantes enviados por Abbott a jurisdicciones gobernadas por demócratas. Además, el estado enfrenta batallas legales para mantener el alambre de púas en la frontera y una barrera flotante en el Río Grande.

Sin embargo, la nueva ley firmada por Abbott el mes pasado plantea un desafío aún mayor. Además de permitir que la policía arreste a los inmigrantes acusados de entrada ilegal en cualquier lugar de Texas, los jueces locales también tendrían la capacidad de ordenar la deportación de estos individuos.

La ley está programada para entrar en vigor en marzo. Mientras que organizaciones de derechos civiles y funcionarios del condado de El Paso presentaron el mes pasado una demanda. En ella argumentan que esta legislación es una extralimitación inconstitucional.

La semana pasada, el Departamento de Justicia envió una carta al gobernador Abbott amenazando con emprender acciones legales si Texas no daba marcha atrás en su postura. A esto, Abbott respondió públicamente que el gobierno de Biden «no solo se niega a aplicar las actuales leyes de inmigración de Estados Unidos. Sino que ahora quiere impedir que Texas aplique las leyes contra la inmigración ilegal».

Este conflicto surge en un momento en el que el presidente Joe Biden busca alcanzar un equilibrio político debido al creciente número de inmigrantes que cruzan la frontera. Lo cual se convierte en un desafío para su campaña de reelección en 2024.

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