En una reciente operación conjunta entre la Guardia Civil española, Europol y la DEA estadounidense, se logró la detención de nueve individuos acusados de formar parte de una red de tráfico de cocaína que operaba entre Colombia, Portugal y España.
La acción tuvo lugar en diversas localidades de Galicia y en Monçao, Portugal, y resultó en la confiscación de más de dos toneladas de cocaína, escondidas tanto en barcos como en propiedades a lo largo de la costa portuguesa.
Los arrestados, pertenecientes al conocido «clan de los Piturros», una organización criminal con históricos vínculos en el narcotráfico en Galicia desde la década de los 80, mantenían estrechos lazos con distribuidores colombianos y conexiones con una mafia albanesa, que era el destino previsto para parte de la droga incautada.
Esta red desmantelada estaba directamente relacionada con los principales distribuidores colombianos de cocaína, subrayando la complejidad y alcance transnacional de estas operaciones ilícitas. Además, la organización tenía vínculos con una mafia albanesa, evidenciando la interconexión de diferentes grupos criminales en el ámbito internacional.
La operación resalta la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el tráfico de drogas, ya que agencias de diversos países trabajaron de manera conjunta para desarticular esta red y prevenir la entrada de grandes cantidades de cocaína en Europa.
Galicia, en el noroeste de España, ha emergido como un punto focal para el tráfico de cocaína hacia Europa. La operación es un recordatorio de los desafíos constantes que enfrentan las autoridades para combatir el narcotráfico en una región particularmente propensa a este tipo de actividades ilícitas.
La incautación de más de dos toneladas de cocaína demuestra la magnitud del problema y la necesidad de medidas continuas para fortalecer la seguridad y prevenir el flujo de sustancias ilícitas a través de estas rutas.