Un procedimiento estético clandestino, un anestésico mal administrado y un intento de fuga internacional: así fue como un falso médico terminó bajo custodia tras causar la muerte cerebral de una madre de familia en Nueva York. El caso generó indignación en la comunidad médica y una oleada de advertencias sobre los peligros de acudir a clínicas improvisadas o personas sin licencia profesional.

Felipe Hoyos-Foronda, de 37 años y nacionalidad colombiana, fue arrestado y acusado formalmente de homicidio y agresión luego de realizar un procedimiento estético que terminó en tragedia. La víctima, María Paz Peñaloza, de 31 años, madre de dos hijos, buscaba remover implantes de glúteos en lo que aparentaba ser una intervención ambulatoria de bajo riesgo.

El lugar: el apartamento del presunto médico en Astoria, Queens, donde se ofrecían procedimientos estéticos a precios más bajos que los del mercado legal. El costo del tratamiento: 1,900 dólares. El resultado: una sobredosis de lidocaína que le quitó toda esperanza de vida.

“He trabajado con muchas chicas”, admitió Hoyos-Foronda, según declaraciones recogidas por el New York Daily News, reconociendo que había realizado procedimientos similares “cientos de veces”, a pesar de no contar con licencia médica en Estados Unidos ni con el entrenamiento adecuado.

Según el informe policial, María comenzó a hablar de forma incoherente tras recibir la inyección de lidocaína y luego perdió el conocimiento. En lugar de pedir ayuda, Hoyos-Foronda huyó del lugar y reservó un vuelo internacional mientras conducía hacia el aeropuerto JFK.

Las autoridades lo detuvieron minutos antes de abordar un avión con destino final a Colombia, mientras hacía fila en un Starbucks del aeropuerto. “Iba a regresar a Colombia”, dijo con frialdad durante el interrogatorio.

Al registrar su vehículo, los agentes encontraron materiales escalofriantes:

• Jeringas usadas,
• una con restos de sangre,
• una botella vacía de lidocaína,
• y otros medicamentos no identificados.

María Paz Peñaloza fue trasladada inconsciente al hospital Mount Sinai Queens. Estuvo sin pulso durante más de dos horas, en estado crítico. El 11 de abril, tras varios días de soporte vital sin señales de actividad cerebral, fue desconectada por decisión médica.

“Es peligroso para la sociedad”, declaró su madre, Gladys Cabrera, visiblemente devastada.

“Pedimos justicia. Esto no puede quedar impune.”

Por su parte, Theodore Paloumbas, esposo de la víctima, reveló que no sabía que su esposa planeaba someterse al procedimiento. Su testimonio refuerza la teoría de que María buscaba una alternativa económica y discreta, sin conocer el riesgo mortal al que se exponía.

La fiscal de distrito de Queens, Melinda Katz, pidió a cualquier persona que haya recibido procedimientos médicos de Felipe Hoyos-Foronda que se presente ante las autoridades. Asimismo, hizo un llamado urgente:

“Este caso es una advertencia trágica sobre los riesgos de confiar en profesionales no certificados. La vida de una joven madre fue arrebatada por negligencia criminal disfrazada de medicina estética.”