El antiguo partido de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, presentó una moción de destitución en su contra luego de que las autoridades peruanas allanaran su vivienda y la sede presidencial. Este acontecimiento surge en el contexto de una investigación por presunto enriquecimiento ilícito relacionado con el uso de relojes Rolex que la mandataria no habría declarado como parte de su patrimonio.

El primer ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, calificó los allanamientos como un ‘atropello a la dignidad’ de la presidenta Boluarte. Señaló a estas acciones como desproporcionadas e inconstitucionales, expresando su solidaridad con la mandataria y rechazando enérgicamente lo que describe como acciones políticas desestabilizadoras.

Moción de destitución contra Boluarte y colaboración con fiscalía

El allanamiento a la vivienda y sede presidencial de Boluarte se da en medio de una investigación por presunto delito de enriquecimiento ilícito y omisión de declaraciones en documentos públicos. Aunque Boluarte había solicitado una reprogramación de su citación a declarar, la solicitud no fue aceptada. Sin embargo, el primer ministro asegura que la presidenta sigue colaborando con la fiscalía y se presentará a declarar cuando sea convocada.

Aunque Boluarte solo podría ser sometida a juicio después de que termine su mandato en julio de 2026, según lo establecido por la Constitución, el escándalo que rodea los allanamientos podría desencadenar un pedido de vacancia (destitución) desde el Congreso, argumentando ‘incapacidad moral’.

Expectativas del caso de Dina Boluarte

Se espera que la presidenta Boluarte ofrezca un mensaje a la nación en el cual aborde los recientes acontecimientos, incluyendo el allanamiento a su vivienda. Este mensaje, posiblemente grabado con los ministros de Estado, podría ofrecer claridad sobre la postura y acciones futuras del gobierno en medio de esta crisis política.

El futuro político de Boluarte y su gobierno se ve envuelto en incertidumbre ante estas acusaciones y el posible inicio de un proceso de destitución. En medio de estos desafíos, la estabilidad política y la confianza en las instituciones peruanas están en juego, y el país se enfrenta a un período de turbulencia política mientras se resuelven las investigaciones y se toman decisiones cruciales sobre el destino de su líder.

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