La actual presidenta del Perú, Dina Boluarte, se encuentra en medio de una crisis de legitimidad sin precedentes a tan solo año y medio de haber asumido el cargo. Según la última encuesta realizada por Datum para El Comercio, tan solo el 5% de la población peruana aprueba su gestión, situándola como la mandataria con la más baja aceptación de los últimos 44 años en el país.

El declive en la aprobación de Boluarte ha sido evidente en los últimos meses. A principios de año, aún contaba con un 10% de respaldo popular, pero tras el escándalo del Caso Rolex en abril, su aprobación cayó al 7%. Desde entonces, la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado debido a una serie de investigaciones en su contra y de su hermano Nicanor Boluarte, lo que ha llevado a la Fiscalía a abrir diligencias por presunto delito de encubrimiento.

Boluarte rompe récords de negatividad

La desaprobación de Boluarte es abrumadora, teniendo el 91% de la población peruana en contra y reflejando un clima de crisis política y social en el país. A pesar de que no se han registrado movilizaciones masivas en su contra, el descontento popular va en aumento. En el sur del Perú, su apoyo se ha reducido al 3%, mientras que su desaprobación ha llegado al preocupante 95%.

Ahora bien, comparado con anteriores presidentes a lo largo de este siglo, como Alejandro Toledo, quien en su peor momento registró una aprobación del 7% en 2004, o incluso Pedro Castillo. En comparación con anteriores mandatarios, Boluarte ha logrado batir récords negativos, convirtiéndose en la presidenta con la peor evaluación en las últimas cuatro décadas en el Perú.

El analista Enrique Castillo señala que un gobernante con un nivel de aprobación tan bajo como el de Boluarte solo puede sostenerse en la legalidad como base de su gobierno. Además, advierte que este nivel de impopularidad puede generar reacciones en la población ante cualquier estímulo.

Congreso y PCM también registran cifras mínimas

La popularidad del Congreso y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) también se mantienen en niveles mínimos, según los últimos datos de encuestas realizadas. Por otro lado, el primer ministro Gustavo Adrianzén también registra una aprobación de un solo dígito, con apenas un 8%, cifra similar a la de la presidenta.

Sin embargo, otro panorama se presenta con los ministros de Economía e Interior, quienes, a pesar de ser desconocidos por una quinta parte de la población, muestran cifras de aprobación superiores a la mandataria. José Arista, titular del Ministerio de Economía y Finanzas, alcanza un 14% de aprobación; mientras que el recientemente nombrado ministro del Interior, Juan José Santiváñez, obtiene un 13%. Especialmente relevante es el caso del Ministro del Interior, ya que la seguridad ciudadana es una de las preocupaciones principales en el país.

En cuanto al Congreso, la situación no es muy diferente. Según los datos más recientes, la desaprobación del presidente del Congreso ha aumentado en cinco puntos desde el mes de marzo, alcanzando un 75% en junio. Esto señala un deterioro en la imagen de la institución legislativa, lo cual genera mayor desconfianza hacia las reformas políticas en proceso. La población cuestiona la intención del Congreso de buscar beneficios propios en lugar de atender las necesidades de la ciudadanía.

Los bajos niveles de popularidad tanto del Congreso como de la PCM reflejan el descontento generalizado de la población hacia las autoridades políticas en Perú.

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