El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, conversó telefónicamente con el presidente de China, Xi Jinping, a solo tres días de su embestidura como presidente de Estados Unidos. La llamada entre los dos líderes se dio este viernes 17 de enero, según informaron los medios estatales chinos.

Durante la conversación, Trump expresó su optimismo de resolver «muchos problemas juntos» con China, abordando temas clave como el comercio, el fentanilo y la aplicación TikTok. A través de sus redes sociales, Trump destacó que la llamada fue beneficiosa tanto para China como para Estados Unidos y se mostró esperanzado en empezar a trabajar en soluciones inmediatas.

«¡El presidente Xi y yo haremos todo lo posible para que el mundo sea más pacífico y seguro!», afirmó Trump, dando un mensaje de cooperación y entendimiento entre ambas naciones.

Cabe destacar que esta comunicación entre Trump y Xi se produce en medio de tensiones comerciales previas, con el presidente estadounidense imponiendo aranceles a las importaciones chinas y acusando a Beijing de prácticas desleales. Sin embargo, en esta llamada telefónica, ambos líderes parecen buscar un acercamiento y una solución conjunta a los problemas existentes.

Además, esta llamada se da en el marco de la toma de posesión de Trump, donde China anunció que el vicepresidente Han Zheng asistiría como representante del presidente Xi. Esta noticia ha generado expectativas sobre un posible diálogo y cooperación futura entre ambas potencias.

Nunca antes un funcionario chino de tan alto rango había viajado hasta Estados Unidos para ser parte de la investidura de un presidente, pues generalmente el Gobierno del Partido Comunista Chino siempre suele enviar a su embajador o a un político inferior.

Por su parte, en China se ha destacado la importancia de establecer un diálogo constructivo con el nuevo gobierno de Estados Unidos, buscando una relación estable, saludable y sostenible a largo plazo.

Xi Jinping ha manifestado previamente su disposición a ampliar la cooperación con Estados Unidos, aunque ha advertido que una guerra comercial no beneficiaría a ninguna de las partes.

«Estamos dispuestos a trabajar con el nuevo Gobierno de Estados Unidos para mejorar el diálogo y la comunicación, gestionar adecuadamente las diferencias, ampliar la cooperación mutuamente beneficiosa y encontrar la manera correcta para que los dos países se lleven bien», mencionó el Ministerio de Exteriores de China.

La llamada entre Donald Trump y Xi Jinping a tres días de la juramentación del presidente estadounidense ha generado expectativas sobre el futuro de las relaciones entre ambas potencias. Ambos líderes parecen estar dispuestos a trabajar en conjunto para resolver diferencias y buscar una cooperación mutuamente beneficiosa. Sin duda, este primer acercamiento sienta las bases para una relación bilateral que impactará en el escenario internacional.

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