El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que una de sus prioridades al asumir su mandato en enero de 2025 será volver a hacer que la frontera sea «fuerte y poderosa». En una entrevista con NBC, Trump reiteró su promesa de campaña de realizar deportaciones masivas como parte de su política migratoria.
Al ser cuestionado sobre el costo que implicaría llevar a cabo estas acciones masivas, el magnate afirmó que no se trata de una cuestión de precio. Según sus palabras, «no tenemos otra opción. Cuando la gente ha cometido crímenes, cuando los capos de la droga han causado estragos en países enteros, ahora tendrán que regresar a sus lugares de origen, porque no se quedarán aquí. No hay precio que valga la pena pagar por la seguridad de nuestra frontera».
Puertas abiertas a la inmigración legal
A pesar de su postura firme en cuanto a la deportación de individuos que han violado las leyes de inmigración, Donald Trump también aseguró que mantendrá abiertas las puertas a aquellos que deseen venir al país de forma legal. «Como saben, no soy alguien que diga ‘no, no pueden entrar’. Queremos que la gente venga, pero tienen que hacerlo respetando nuestras leyes y procesos».
La visión de Trump sobre la frontera se alinea con su discurso durante la campaña presidencial, en la que prometió reforzar la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos y construir un muro que separará al país de México. Ahora, con su llegada al poder, el mandatario electo se prepara para cumplir con sus promesas y convertir la frontera en un lugar que garantice la seguridad y el orden.
En medio de la incertidumbre y la tensión que rodea el tema migratorio en Estados Unidos, las declaraciones de Trump sobre la frontera han generado reacciones encontradas entre la población y en el ámbito político. Mientras algunos apoyan su postura de fortalecer la seguridad fronteriza, otros critican su enfoque duro y restrictivo hacia la inmigración.
Ante este panorama, Trump se mantiene firme en su compromiso de convertir la frontera en un lugar «fuerte y poderoso», con políticas que priorizan la seguridad nacional y el control migratorio. A medida que se acerca su toma de posesión, las miradas se mantienen fijas en cómo el nuevo presidente llevará a cabo sus propuestas y cómo impactarán en la realidad de Estados Unidos y en la vida de millones de inmigrantes que residen en el país.
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