Los «dreamers» o «soñadores», quienes llegaron a Estados Unidos siendo niños y han construido sus vidas en el país, están luchando por mantenerse protegidos de la deportación a través del programa Acción Diferida para los llegados en la infancia (DACA, por sus siglas en inglés).

Este jueves, una corte de apelaciones escuchó argumentos tanto a favor como en contra del programa, que fue declarado ilegal por un juez el año pasado.

El programa DACA, que fue lanzado hace 12 años por el expresidente Barack Obama, ha beneficiado a más de 580 mil personas, permitiéndoles vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.

Sin embargo, la legalidad del programa ha sido cuestionada por algunos estados gobernados por republicanos, quienes argumentan que DACA ha generado costos educativos y de atención médica que perjudican sus economías.

En la reciente audiencia, el abogado Jeremy Feigenbaum defendió a los «dreamers» ante el tribunal de apelaciones, argumentando que la decisión de Texas de cuestionar el programa carece de fundamento.

La incertidumbre sobre el futuro de DACA ha llevado a la preocupación entre la comunidad migrante, quienes temen ser deportados si el programa es desactivado.

Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina y un posible cambio en la composición de la Corte Suprema, la definición del futuro de DACA se torna aún más incierto.

A pesar de los esfuerzos del presidente Joe Biden por proteger a los «dreamers», las decisiones judiciales podrían tener un impacto significativo en el destino de miles de personas que dependen de este programa para mantenerse en el país que consideran su hogar.

Es importante recordar que los «dreamers» han contribuido de manera significativa a la sociedad estadounidense, y su lucha por permanecer en el país es un reflejo de su dedicación y amor por la nación que los ha acogido.

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