Moscú.- El Comité de la Duma Estatal de Rusia para la Protección de la Familia, la Paternidad, la Maternidad y la Infancia ha hecho una solicitud crucial este martes, instando a los parlamentarios a que aprueben en primera lectura un proyecto de ley que tiene como objetivo prohibir que ciudadanos de países que permiten la reasignación de sexo puedan llevar a cabo adopciones de niños y niñas rusas. Esta legislación, presentada en julio por un grupo de diputados liderados por el presidente de la Cámara, Viacheslav Volodin, busca prevenir la tutela o las adopciones por parte de ciudadanos de países que permitan la reasignación de sexo mediante intervención médica, incluido el uso de fármacos destinados a la reasignación de sexo, así como cambios en los documentos de identidad relativos al sexo de un ciudadano extranjero y sin intervención médica adecuada.

La propuesta ha generado un intenso debate dentro y fuera de Rusia, ya que apunta directamente a países como España, Australia, Austria, Argentina, Bélgica, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Islandia, Italia, Canadá, Noruega, Finlandia, Suiza y Estonia, cuyos ciudadanos se verían afectados por esta medida restrictiva.

La relevancia de este proyecto de ley radica en la postura de Rusia ante la reasignación de sexo, un tema sensible y controvertido en muchos países alrededor del mundo. La Duma Estatal ha expresado su preocupación por la posibilidad de que menores rusos sean adoptados por ciudadanos de naciones que permiten estas prácticas médicas, argumentando que podrían existir riesgos para el bienestar y la identidad de los niños y niñas involucrados.

Duma rusa busca limitar las adopciones

En este sentido, diversos expertos y defensores de los derechos humanos han manifestado su preocupación ante lo que califican como una medida discriminatoria y violatoria de los derechos de los menores de edad. Se ha advertido que esta prohibición podría impedir que niños y niñas rusos encuentren un hogar amoroso y seguro en países que sí permiten la reasignación de sexo, lo que podría contribuir a un incremento en el número de menores en instituciones de acogida en Rusia.

Por otro lado, quienes respaldan esta propuesta argumentan que se trata de una medida necesaria para proteger la identidad y el desarrollo de los niños y niñas rusos, evitando posibles conflictos legales y éticos relacionados con la reasignación de sexo. Asimismo, se ha destacado la importancia de preservar los valores tradicionales de la familia y la sociedad rusa, frente a lo que consideran como influencias externas que podrían afectar negativamente a la infancia en el país.

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