El Gobierno de Ecuador ha tomado la decisión de declarar una emergencia nacional por un periodo de 60 días, debido a la grave situación provocada por los incendios forestales que se han visto intensificados por las extremas condiciones de sequía que azotan al país.

Esta medida ha sido una respuesta urgente ante la emergencia climática que enfrenta Ecuador, donde las autoridades han logrado controlar nueve incendios forestales en las últimas horas, pero aún permanecen activos 13 devastadoras llamas, principalmente en las provincias andinas de Loja y Azuay, en el sur de la nación.

El secretario de Gestión de Riesgos, Jorge Carrillo, informó a una radio local que «Todo el país está sufriendo los embates de esta gran sequía que se ha prolongado ya durante casi 120 días».

La situación ha llevado al Gobierno a movilizar fondos y recursos adicionales para hacer frente a la crisis, así como a solicitar apoyo internacional para combatir los incendios que presentan un elevado riesgo para la biodiversidad y la flora nativa del país.

Uno de los focos más críticos se ubica dentro del Parque Nacional Podocarpus, una de las áreas protegidas más extensas en el sur de Ecuador, donde los esfuerzos de contención aún son insuficientes frente a la magnitud de la emergencia.

Hasta el momento, los incendios en las dos provincias afectadas han consumido más de 10,200 hectáreas de bosques, sin que se reporten daños directos a la población. La devastadora sequía también ha impactado de manera significativa en la generación hidroeléctrica del país, lo que ha generado una crisis energética que obligó al Gobierno a implementar cortes de energía eléctrica de hasta 14 horas diarias, afectando a gran parte de la población ecuatoriana.

Ante este escenario, la declaración de emergencia nacional se convierte en una medida crucial para mitigar los efectos adversos de la sequía y los incendios forestales, así como para proteger la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.

La solidaridad y la colaboración internacional se hacen imprescindibles en esta coyuntura crítica, donde Ecuador enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años. La emergencia nacional por incendios forestales y sequía es un llamado de atención urgente para actuar con determinación y responsabilidad en la protección del entorno natural y la vida en el país sudamericano.

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