Lima.- Este viernes, los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, respectivamente, dieron inicio a la cumbre Asia-Pacífico (APEC) en Lima, marcada por un contexto de creciente incertidumbre económica y política. El evento, que se extenderá hasta el sábado, tiene como telón de fondo las tensiones comerciales y diplomáticas entre ambas potencias, especialmente ante el regreso de Donald Trump al escenario político, tras su arrollador triunfo en las elecciones del 5 de noviembre.

La cumbre de APEC, que reúne a 21 economías de la región, es una de las plataformas comerciales más influyentes del mundo, representando el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) global. Sin embargo, las promesas de Trump de aumentar los aranceles, especialmente a China y México, podrían desencadenar nuevas guerras comerciales que afectarían de manera significativa a las naciones miembros de este foro.

Jorge Heine, exembajador de Chile en China, advirtió que los anuncios de Trump han generado incertidumbre en la alianza Asia-Pacífico. «Han puesto un compás de espera a la APEC», dijo Heine, quien también no descartó la posibilidad de que Trump decida retirar a Estados Unidos de la organización, como hizo en 2017 con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).

La última APEC antes de la llegada de Trump

La primera jornada de la cumbre incluyó reuniones entre representantes de varios países, incluidos Japón, Corea del Sur, Canadá y Australia, y fue la antesala de la reunión clave entre Biden y Xi. Este encuentro ocurre en un contexto de tensiones por el apoyo de China a Rusia en la guerra contra Ucrania, lo que complica aún más las relaciones entre las dos superpotencias.

El regreso de Trump también está generando preocupaciones sobre un giro más agresivo hacia China, especialmente con el nombramiento del senador Marco Rubio como secretario de Estado. Rubio, conocido por su postura dura hacia Pekín, podría intensificar aún más la rivalidad entre ambas naciones.

Durante la cumbre, también se destacó el impulso de China en América Latina, donde recientemente inauguró el megapuerto de Chancay en Perú, el primero de su tipo en Sudamérica. Esta inversión de 3.500 millones de dólares, que acortará el transporte marítimo entre China y Perú, ha generado críticas desde Washington, que teme un mayor control de Beijing en la región.

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