La tensión entre Hezbolá e Israel ha llegado a un punto crítico en las últimas horas, con ataques de cohetes y bombardeos que han dejado una estela de destrucción y víctimas en ambos bandos. Según informes del Ejército israelí, la milicia chií libanesa lanzó 230 cohetes contra territorio israelí, lo que desató una serie de represalias por parte de las Fuerzas Armadas de Israel. En el transcurso del día jueves, al menos 37 personas perdieron la vida y otras 151 resultaron heridas en el Líbano, específicamente en las regiones Sur, Nabatieh y la Bekaa. Estos ataques, perpetrados por Israel, se suman a una cifra cercana a las 2 mil víctimas mortales en el último año, la mayoría de ellas en los últimos días.

El Ministerio de Salud libanés ha informado que la provincia de Nabatieh fue la más afectada, con 19 personas fallecidas y 52 heridas, seguida de Beirut con 9 muertos y 24 heridos. Otras regiones como la Bekaa y Monte Líbano también sufrieron pérdidas humanas. Por su parte, el ejército israelí llevó a cabo bombardeos en varios puntos del Líbano, incluidas las extrarradios meridionales de Beirut. Además, se informó del ataque aéreo contra el cuartel general de la inteligencia de Hezbolá y la oficina de su órgano de comunicación en la capital libanesa. Según las autoridades israelíes, estos ataques iban dirigidos a centros de producción y almacenamiento de armas, así como a infraestructuras operativas del grupo chií.

Los objetivos de los ataques israelíes

En medio de la escalada de violencia, Israel confirmó la muerte de Mahmoud Yusef Anisi, uno de los líderes de Hezbolá encargado del proyecto de construcción de misiles guiados de precisión. Anisi, experto en ingeniería mecánica, fue abatido en un bombardeo en Beirut a principios de semana. Su papel en el desarrollo del armamento estratégico de Hezbolá lo convirtió en un objetivo prioritario para las Fuerzas Armadas israelíes.

En el marco de los eventos recientes, Israel ha acusado a Hezbolá de lanzar una cantidad significativa de cohetes contra su territorio en las últimas 24 horas. A pesar de los esfuerzos por interceptar dichos proyectiles, las autoridades israelíes han confirmado impactos en zonas despobladas, así como en ciudades como Haifa y sus alrededores. La situación en la región es sumamente delicada, con un incremento en la violencia que amenaza con una escalada aún mayor en los próximos días. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación en Medio Oriente y hace un llamado urgente a la contención y al diálogo como vías para evitar una catástrofe de proporciones inimaginables.

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