Geoffrey Holt era un hombre que vivía en una comunidad de casas móviles en Hinsdale, Nueva Hampshire, y que no llamaba la atención por su aspecto ni por sus posesiones. Sin embargo, al fallecer este año, reveló un gran secreto: era un multimillonario y había decidido dejar su millonaria herencia a su pueblo.

Los habitantes de Hinsdale, un pueblo de 4.200 personas situado a orillas del río Connecticut, se sorprendieron al saber que Holt les había legado 3,8 millones de dólares para que se beneficiaran en las áreas de educación, salud, recreación y cultura. Nadie sospechaba que detrás de su apariencia modesta y su vida simple se escondía una fortuna.

Una vida sencilla

Holt trabajaba como cuidador de la comunidad de casas móviles donde residía. Solía vestir ropas deshilachadas y se desplazaba en su tractor cortacésped o en su bicicleta. No tenía televisión ni computadora, y su casa móvil apenas tenía muebles. Le gustaba leer el periódico, ver pasar el tráfico y enseñar a jóvenes a manejar. Hacía trabajos varios para sus vecinos, pero rara vez salía del pueblo.

“Parecía tener todo lo que quería, pero no quería mucho”, dijo Edwin “Smokey” Smith, el mejor amigo de Holt y antes su empleador.

Según Smith, Holt había heredado una gran cantidad de dinero de su padre, que era un exitoso inversionista. Sin embargo, nunca hizo alarde de su riqueza ni cambió su estilo de vida. Tampoco tenía muchos familiares, por lo que decidió dejarlo todo al pueblo donde vivió durante más de 40 años.

“Él amaba este pueblo. Era su hogar. Creo que quería hacer algo bueno por la gente que lo trató bien”, dijo Smith.

Un obsequio multimillonario

El testamento de Holt, que fue notificado a las autoridades locales en septiembre, estableció que el dinero se administrara mediante un fondo creado por la New Hampshire Charitable Foundation, que generaría unos 150.000 dólares anuales en intereses. Las organizaciones del pueblo podrían solicitar subsidios para proyectos que se ajustaran a los criterios establecidos por Holt.

Aún no se ha definido qué hacer con el dinero, pero algunos habitantes han propuesto ideas como reparar el reloj comunitario, mejorar algunos edificios, comprar una nueva máquina de conteo de votos o crear un curso de manejo online. Lo que sí está claro es que el generoso gesto de Holt ha dejado una huella imborrable en el pueblo que lo acogió.

“Es un obsequio tremendo. Es una muestra de gratitud y de amor por este lugar. Estamos muy agradecidos y honrados de que nos haya elegido”, dijo Steve Diorio, presidente de la junta comunal.

Te puede interesar: Tragedia en Perú : Un autobús se despeña y deja 20 fallecidos