A pesar de estar hospitalizado por una neumonía bilateral, el Papa Francisco, de 88 años, firmó un decreto de canonización que incluye al beato venezolano José Gregorio Hernández. La Santa Sede ha informado que el Papa ha mostrado signos de mejoría en su salud, lo que le ha permitido seguir con sus funciones. Francisco lleva 12 días ingresado en el hospital Gemelli en Roma, y ​​ha recibido la visita del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y del arzobispo Edgar Peña Parra, ambos altos funcionarios de la Santa Sede.

Durante esta visita, la primera desde su hospitalización, el Papa autorizó la canonización de dos laicos, entre ellos, José Gregorio Hernández, conocido como el «Médico de los pobres». Hernández fue beatificado en Caracas el 30 de abril y ahora se convertirá en el primer santo de Venezuela. La noticia de la canonización ha causado gran alegría en Venezuela y entre la comunidad católica mundial.

En un consistorio convocado por el Papa, se espera que se establezca la fecha oficial para la ceremonia de canonización de José Gregorio Hernández. Aunque el Papa ha mostrado un nivel mejoría, su salud sigue siendo crítica. Según los informes médicos, la insuficiencia renal que padecía no es preocupante, y algunos exámenes muestran resultados positivos. Además, cientos de fieles se han reunido en la Plaza de San Pedro para orar por su recuperación. Líderes de todo el mundo han expresado su apoyo y solidaridad, reconociendo la figura del Papa en el ámbito internacional.

La salud del Papa Francisco y su futuro en el papado

La hospitalización del Papa ha reavivado dudas sobre su capacidad para seguir ejerciendo sus funciones, dado su delicado estado de salud en los últimos años. Sin embargo, el derecho canónico no establece reglas claras sobre lo que sucedería en caso de un problema grave que afecta la lucidez del Papa. En este contexto, la aprobación de la canonización de José Gregorio Hernández es un gesto importante por parte del Papa Francisco, quien sigue trabajando en su proceso de recuperación. La comunidad católica mundial se unae en oración por su salud y bienestar, mientras espera su pronta mejoría.

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