El Papa Francisco, líder de la Iglesia católica desde 2013, ha experimentado un nuevo percance de salud tras sufrir una caída en su residencia de Santa Marta. A sus 88 años, el pontífice se lesionó el brazo derecho, aunque afortunadamente no sufrió fracturas, según informó el Vaticano. Este incidente ocurre pocas semanas después de que el Papa se golpeara la barbilla en un tropiezo anterior, lo que había generado preocupación entre los fieles y observadores del Vaticano.

La salud del Papa Francisco ha sido un tema de interés en los últimos años, dado su uso frecuente de bastón o silla de ruedas debido a dolores de rodilla y espalda. Además, ha enfrentado problemas de salud como la influenza y se ha sometido a cirugías para tratar la diverticulitis y una hernia. A pesar de estos desafíos, el Papa ha mantenido un ritmo de trabajo activo, incluyendo un extenso viaje por cuatro naciones en septiembre pasado.

Reacciones del Vaticano

La oficina de prensa de la Santa Sede emitió un comunicado confirmando que el brazo del Papa fue inmovilizado como medida de precaución. A pesar de la caída, el Papa Francisco continúa con sus compromisos, como lo demuestra su reciente reunión con Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas. Este compromiso refleja su dedicación a las causas sociales y su deseo de seguir liderando la Iglesia católica.

Reflexiones del Papa

En una reciente autobiografía, el Papa Francisco minimizó las preocupaciones sobre su salud y descartó la posibilidad de renunciar, como lo hizo su predecesor Benedicto XVI. En sus propias palabras, el Papa afirmó:

«La Iglesia se gobierna con la cabeza y el corazón, no con las piernas»

. Esta declaración subraya su determinación de continuar su papado a pesar de los desafíos físicos que enfrenta.