En un gesto inesperado, el Papa Francisco sorprendió a los fieles al realizar una visita no programada a la Basílica de San Pedro, donde oró ante la tumba de San Pío X, un pontífice al que ha expresado su profunda devoción.

Esta aparición, durante su recuperación en Casa Santa Marta, dejó una fuerte impresión en los presentes y reafirmó la cercanía y humildad que caracterizan al Papa, incluso en medio de su convalecencia.

Un encuentro inesperado

El Papa Francisco dejó la Casa Santa Marta, donde se encuentra en proceso de recuperación, y se dirigió hacia la Basílica de San Pedro. El pontífice, que actualmente se encuentra en una fase de convalecencia, cruzó la Puerta de la Oración para arribar al sagrado lugar, donde permaneció durante aproximadamente diez minutos en oración ante la tumba de San Pío X.

El Papa, visiblemente frágil, se encontraba en silla de ruedas, con una manta sobre sus piernas y llevando oxígeno. Su aparición fue un verdadero sorpresa para los fieles y turistas que visitaban la Basílica, quienes rápidamente se acercaron al pontífice, buscando recibir su bendición y expresarle su apoyo. En ese momento, Francisco no ofreció declaraciones, pero se mostró cercano, saludando a los presentes y transmitiendo su cariño y afecto con un gesto sincero.

Con atuendo informal de camiseta y poncho, papa Francisco visita la Basílica de San Pedro y causa sorpresa entre fieleshttps://t.co/J7MjckIBn2 pic.twitter.com/LTyR9wyWz9

— Publimetro México 🌐 (@PublimetroMX) April 10, 2025

Emocionantes momentos de cercanía

Entre los fieles que tuvieron la oportunidad de acercarse al Papa, se encontraban peregrinos, restauradores que realizaban trabajos en el interior de la Basílica, y niños que, como parte del Jubileo, se encontraban en Roma. Durante su breve pero significativa visita, Francisco se dedicó a saludar a todos con una sonrisa, en una escena cargada de emoción y gratitud. Aunque no pronunció palabras, el Papa mostró su compasión con gestos de afecto y cercanía, demostrando una vez más que, a pesar de su delicado estado de salud, su misión pastoral sigue siendo firme.

Monseñor Valerio Di Palma, canónigo de San Pedro, compartió con los medios que vio al Papa siendo empujado por su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, mientras el personal de seguridad del Vaticano aseguraba el orden en el lugar. «Todos corrían sabiendo que el Papa había venido de repente», relató el religioso, evidenciando el impacto de este acto inesperado.