El papa Francisco ha generado controversia y desconcierto al abordar el tema del papel de las mujeres en la Iglesia y la sociedad durante su visita a la Universidad Católica francófona de Louvain-la-Neuve en Bélgica.

Durante un encuentro con estudiantes, el pontífice fue cuestionado duramente sobre la invisibilidad de las mujeres en los ministerios eclesiales y en la sociedad, lo que provocó decepción entre los presentes.

Los alumnos expresaron su descontento a través de una carta que evocaba la falta de representación femenina en diversos ámbitos de la Iglesia y la sociedad, incluyendo la justicia social y el pensamiento. Señalaron que las posiciones conservadoras del papa respecto a la homosexualidad y al rol de la mujer en la Iglesia católica son incompatibles con la llamada al desarrollo integral.

En su respuesta, Francisco sorprendió al afirmar que «la Iglesia es una mujer» y que lo femenino no está determinado por consensos o ideologías.

Sin embargo, sus declaraciones fueron interpretadas como reduccionistas y conservadoras por parte de la Universidad, que emitió un comunicado expresando su desaprobación y falta de comprensión ante las palabras del pontífice.

Estudiantes como Valentina Hendrix expresaron estar en shock ante las declaraciones del papa, considerando que se reduce el rol de las mujeres a ser madres, esposas y cuidadoras, aspectos que buscan emanciparse.

Por otro lado, el climatólogo Jean-Pascal van Ypersele criticó la falta de contundencia de Francisco al abordar la cuestión del respeto hacia las mujeres en la sociedad y en la Iglesia.

Durante su visita, el papa también tuvo la oportunidad de abordar otros temas controvertidos, como los casos de violencia sexual en la Iglesia belga.

En un encuentro con representantes de centros de acogida para víctimas de violencia sexual, el pontífice enfatizó la importancia de escuchar el sufrimiento de las víctimas y aprender de ellos para construir una cultura eclesial segura y protectora para todos.

El viaje de Francisco a Bélgica concluirá el domingo con una misa en el estadio Rey Balduino, en Bruselas, donde se espera la asistencia de aproximadamente 35.000 fieles.

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