Venecia.- El Papa Francisco, de 87 años, hizo historia al llegar este domingo a Venecia, en lo que representa su primera salida de Roma en siete meses. El helicóptero del pontífice aterrizó a las ocho de la mañana en el patio de la cárcel de mujeres en la isla de la Giudecca, que alberga el pabellón del Vaticano de la 60ª Bienal de Arte Contemporáneo de Venecia.

El líder de la Iglesia Católica, comprometido con la dignidad y el respeto de todos los seres humanos, no dejó de lado su mensaje de apoyo a las cerca de ochenta reclusas que se encontraban en la cárcel. Francisco tuvo la oportunidad de saludar a cada una de ellas, así como al personal administrativo y penitenciario y a los voluntarios presentes. Desde el antiguo convento para mujeres convertido en prisión, el Papa instó al sistema penitenciario a proporcionar herramientas y espacios para el crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional de los internos.

En un gesto conmovedor, las internas le obsequiaron productos elaborados por ellas mismas, lo que generó un profundo impacto en el pontífice. Chiara Parisi, comisaria de la exposición, destacó «el asombro» y «la esperanza» que la visita del Papa generó en las reclusas.

El Papa viaja por lancha en Venecia

Tras su visita a la isla de Giudecca, Francisco navegó por los famosos canales de Venecia antes de llegar a la Punta de La Salud, donde fue recibido por jóvenes cantando a las puertas de la basílica de Santa María de La Salud. Cabe destacar que el Papa es el primer pontífice en visitar una instalación de la prestigiosa Bienal de Arte veneciana.

Francisco tiene previsto realizar otros dos viajes al norte de Italia, a Verona en mayo y a Trieste en julio. Durante su interacción con los jóvenes, el Papa recomendó dejar de lado los celulares y buscar conexiones reales con las personas que nos rodean. Asimismo, instó a los jóvenes a no aislarse, a experimentar la fe juntos y a seguir caminos grupales sin temor a ir contracorriente.

Tras su conmovedor encuentro con los jóvenes, Bergoglio se dirigió a la plaza de San Marco para oficiar una misa antes de regresar en helicóptero al Vaticano. A pesar de los problemas de salud que enfrentó en el pasado, el Papa ha demostrado su firme compromiso con llevar su mensaje de amor y esperanza a todos los rincones del mundo.

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