En Japón, un restaurante ha provocado una gran polémica al incluir en su menú uno de los platillos más extravagantes y exóticos que se puedan imaginar: el ajolote frito. Esta especie endémica mexicana, además de ser considerada en peligro de extinción, ha generado todo tipo de comentarios y opiniones sobre la preservación de la biodiversidad.

El restaurante de animales raros

El establecimiento responsable de esta controvertida propuesta se llama Chinju-ya, lo que, según el propio comercio, se traduce como “Tienda de animales raros”. Ubicado en el área de Sakuragi-cho de Yokohama, Japón, este lugar se caracteriza por ofrecer infinidad de platillos exóticos que desafían los límites culinarios.

Un menú verdaderamente sorprendente

En su menú, además del ajolote frito, se pueden encontrar productos verdaderamente sorprendentes. Entre ellos, se destaca la carne de oso panda, una especie nativa del continente asiático y considerada en muchas partes del mundo como un animal muy especial. Pero eso no es todo; también se puede degustar piraña, mapache, tortuga de caparazón blanda, oso pardo y una amplia variedad de platos que desafían el gusto y la cultura occidental.

Algunos de los platillos más peculiares incluyen hígado de tiburón de las nieves, pasteles con cucarachas y gusanos gigantes de harina, faisán japonés asado, rana frita, ardilla a la parrilla, sashimi de corazón de orca, cigarras, tritón frito y hasta civeta de las palmeras. La diversidad de opciones es impresionante y, según algunas reseñas, los precios no son baratos.

Es importante destacar que la inclusión de estas especies exóticas en el menú del restaurante no está exenta de polémica ni de debate ético y legal. En Japón, la mayoría de los productos cárnicos y derivados de animales no están permitidos, aunque existen excepciones para aquellos con certificados de inspección expedidos por las autoridades gubernamentales de los países exportadores.

Por otra parte, es necesario reflexionar sobre la conservación de las especies en peligro de extinción y la preservación de la biodiversidad. La inclusión del ajolote frito en el menú de Chinju-ya ha generado un llamado de atención sobre la importancia de respetar y proteger a estas especies en su hábitat natural.

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