El deporte profesional de Corea del Sur volvió a la acción después del cierre del coronavirus con la apertura de una nueva temporada de béisbol el martes, mientras que el fútbol y el golf pronto seguirán su ejemplo en un rayo de esperanza para las competiciones suspendidas en todo el mundo.

El viernes verá el inicio retrasado de la K-League de fútbol, ​​y la próxima semana algunas de las principales jugadoras de golf se enfrentarán en un torneo nacional a medida que Corea del Sur se convierta en un punto raro para el deporte en vivo.

No se permitió la entrada a los fanáticos cuando ninguno de los cinco partidos inaugurales de la Organización Coreana de Béisbol (KBO) del martes vio los primeros lanzamientos, un contraste de los estadios llenos de años anteriores cuando los fanáticos cantaron y vitorearon implacablemente sin importar el puntaje.

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En cambio, lonas con fotos de fanáticos enmascarados se extendían por las gradas vacías en el estadio de béisbol Munhak del club SK Wyverns en Incheon.

También se colocaron pancartas con mensajes de victoria en el derby Jamsil del club LG Twins en Seúl. Los fanáticos se dividieron en un formato sin precedentes.

En el estadio, se aplicaron estrictos controles de salud y medidas de higiene. Los jugadores deben controlar su temperatura dos veces antes de los juegos, con máscaras faciales para usar en todas las áreas, excepto en el campo de juego y las piraguas, según el KBO.

También se les ha pedido a los jugadores que no se den la mano o intercambien choca esos cinco, mientras que está prohibido escupir, lo que le da un nuevo aspecto al deporte de espectadores más popular de Corea del Sur.

El país parece haber controlado su brote gracias a un extenso programa de «rastreo, prueba y tratamiento».