Durante las últimas semanas, en todo el mundo se han registrado inusuales altas temperaturas. Mientras el planeta se pregunta cómo será el futuro, si es que los 40 °C se vuelven la norma, una ciudad australiana ya sabe cómo adaptarse al calor extremo.

En Coober Pedy, una ciudad ubicada en el centro de Australia, no vas a ver muchas casas construidas, pero sí varias copas de ventilación en el suelo. Es que en Coober Pedy cerca del 80% de la población vive bajo tierra.

Debido a las altas temperaturas que se suelen registrar en la zona, las que pueden llegar hasta los 48 °C (a la sombra) en verano, los ciudadanos decidieron trasladarse al subsuelo, para poder soportar el calor.

La historia de Coober Pedy

La pregunta principal que te puedes hacer es, ¿qué puede haber en la ciudad que motive a las personas a trasladarse hasta allá?

La respuesta es que en Coober Pedy existen minas de ópalo, las que concentrarían el 95% del mercado mundial de esta piedra semipreciosa.

Fueron los mineros del ópalo quienes se dieron cuenta de que las temperaturas eran más soportables bajo tierra, y así fue como se formaron las primeras residencias entre 2 a 7 metros bajo tierra.

¿Cómo viven bajo tierra?

Mientras que en la superficie no hay pasto, solo tierra de color rojo, en el subsuelo la ciudad florece.

Lo que partió con construcciones más rudimentarias, hoy son cómodas casas en las que viven las familias e, incluso, algunas tienen piscinas interiores.

«Lo bonito de vivir bajo tierra es que es muy tranquilo y silencioso«, contó la residente Christine Antoau a medios australianos. «No hay movimiento de aire ni ráfagas y, como no hay ventanas ni luz natural, se consigue un sueño nocturno muy tranquilo».

Pero la ciudad ha crecido también bajo el suelo y actualmente no solo hay residencias, sino que además cuentan con tiendas, museos, iglesias y el único hotel subterráneo.

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