El presidente Donald Trump anunció una política que establece un arancel base del 10% sobre las importaciones de la mayoría de sus socios comerciales, una medida que describe como un estándar permanente.

Según Trump, este arancel mínimo se mantendrá incluso después de la firma de nuevos acuerdos comerciales, con excepciones poco frecuentes.

Acuerdo con el Reino Unido

Trump confirmó un acuerdo comercial preliminar con el Reino Unido, que mantiene el arancel del 10% sobre productos británicos, pero elimina aranceles sobre el acero y aluminio, y reduce derechos sobre automóviles británicos del 27.5% al 10%. En reciprocidad, el arancel del Reino Unido disminuirá del 5.1% al 1.8%.

Aranceles más altos para otros países

El presidente mencionó que algunos aranceles serán mucho más elevados, como el 145% impuesto a China debido a las 'enormes barreras comerciales' de este país contra EE.UU.

En respuesta, China impuso aranceles del 125% sobre productos estadounidenses, aunque Trump sugirió una posible reducción al 80%, calificando esto como adecuado.

Objetivos de la política arancelaria

Trump enmarca estas medidas dentro de una estrategia para reconfigurar el comercio global en favor de los trabajadores y productores estadounidenses, buscando así reducir el déficit comercial y promover la manufactura nacional.

Las negociaciones comerciales continúan en Suiza con delegados chinos, y se espera una propuesta de negociación por parte de Suiza próximamente, ya que múltiples países están actualmente en conversaciones activas con EE.UU. tras el anuncio de los aranceles.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reafirmó que el objetivo es utilizar estos aranceles para reducir el déficit comercial y fomentar la producción nacional.

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