La relación bilateral entre México y Estados Unidos atraviesa nuevamente un capítulo de fricciones, esta vez por el acceso al agua del río Colorado.

El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves que denegará la solicitud de México para obtener más agua de este afluente que alimenta a Tijuana, una medida que pone en evidencia las tensiones relacionadas con el tratado de reparto de aguas de 1944.

Comunicado de la Oficina del Departamento de Estado

Según un comunicado de la Oficina del Departamento de Estado para América Latina y el Caribe, las “continuas deficiencias” por parte de México en el cumplimiento de sus entregas de agua según lo estipulado por el acuerdo de 1944 están afectando gravemente a la agricultura estadounidense, particularmente en la región del valle del río Grande.

En este sentido, Washington argumenta que las faltas de México en la entrega de agua están ocasionando una creciente crisis en la agricultura de su país.

Tratado de 1944

El tratado de 1944 establece un reparto equitativo del agua de los ríos Colorado y Grande (o Bravo), que cruzan la frontera entre ambos países.

De acuerdo con el pacto, Estados Unidos debe enviar una cantidad específica de agua del río Colorado a México, mientras que este último se compromete a entregar agua del río Grande, en ciclos de cinco años. Sin embargo, las crecientes dificultades derivadas de la sequía prolongada y el aumento de la población no fueron anticipadas al momento de la firma del tratado, lo que ha provocado un deterioro de la relación en los últimos años.

A pesar de los esfuerzos de ambos países para mitigar la escasez hídrica, como el acuerdo firmado en noviembre de 2024 para asegurar un suministro más confiable de agua a los estados del sur de Estados Unidos, las quejas por parte de agricultores y congresistas estadounidenses persisten.

Muchos denuncian que México cumple con su parte solo al final de cada ciclo, y en los últimos años no ha logrado cumplir con la totalidad de su asignación de agua debido a las graves sequías que afectan a ambas naciones.

Tijuana, ciudad fronteriza que depende en gran medida del río Colorado para abastecerse de agua, se ve especialmente afectada.

Aproximadamente el 90 por ciento del agua de la ciudad proviene de este río, que también abastece a gigantescas urbes como Los Ángeles y Las Vegas.

La grave reducción en el caudal del río, resultado de la escasez y el elevado consumo agrícola, ha puesto en jaque a las comunidades de ambos países que dependen de este recurso esencial.