Roma, Italia.- «Estoy feliz de volver a ver a los fieles», así lo expresó el papa Francisco, quien retoma las audiencias suspendidas por la COVID-19.

El Papa, indicó que, «estoy feliz de volver a ver a los fieles», una vez que retoma las audiencias suspendidas por COVID en octubre del año pasado.

El Jerarca religioso, señaló que no es bonito hablar ante nada o una cámara, por ello siempre estará feliz de poder ver cara a cara a las personas.

“Estoy feliz de reanudar este encuentro cara a cara, porque, les digo una cosa, no es muy bonito hablar delante de nada o una cámara y ahora después de tantos meses, gracias al coraje de monseñor Leonardo Sapienza (encargado de la organización de las audiencias), estamos aquí”, dijo Francisco ante cerca de 300 fieles que acudieron a este acto.

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Esta audiencia se celebró en el patio de San Dámaso, en el interior del palacio apostólico, y no en la plaza de San Pedro, para reducir el número de participantes y poder observar las indicaciones sanitarias previstas.

Así, le dio mucho gusto volver a encontrarse de nuevo a los fieles, con su propia historia, gente que viene de todas partes del mundo.

Añadió que es algo que le gusta porque «todos somos hermanos en el Señor y nos ayuda a rezar los unos por los otros».

Francisco llegó en vehículo al patio y no llevaba cubrebocas, se detuvo y habló con los fieles, aunque sí guardó la sana distancia.

El prelado recibió regalos, diseños de niños y hasta se dio la oportunidad de bendecir a una mujer discapacitada, que estaba en silla de ruedas en primera fila.

Desde octubre de 2020 las audiencias generales del papa Francisco se habían celebrado con el mismo formato, pero sin fieles y en la sala de la Biblioteca del palacio pontificio.

Durante su catequesis, el Papa siguió reflexionando sobre la oración, como había hecho en las anteriores, y contó la historia de un padre que, pensando que iba a perder a su hija, pasó toda la noche “peleando”, rezando a Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, para que hiciese un milagro: “Lo he presenciado, la oración hace milagros, porque va directa a la ternura de Dios”, dijo.

Destacó que, “rezar no es algo fácil. Cada vez que queremos hacerlo enseguida nos vienen a la mente muchas otras actividades, que en ese momento parecen más importantes y más urgentes”, y advirtió que no se puede rezar “como un loro”.

Orar no es fácil. Cada vez que queremos hacerlo, nos vienen a la mente muchas otras actividades que parecen más urgentes. Casi siempre, después de haber postpuesto la #oración, nos damos cuenta de que esas cosas no eran en absoluto esenciales. El Enemigo nos engaña así.

— Papa Francisco (@Pontifex_es) May 12, 2021

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