Estados Unidos advierte que Corea del Norte podría llevar a cabo acciones militares contra su vecino del sur en los próximos meses. Según funcionarios de la administración Biden, las recientes declaraciones del líder norcoreano Kim Jong-un dirigidas hacia Seúl han sido percibidas como más amenazantes y deben tomarse en serio.

Aunque no se observa un riesgo inmediato de hostilidades a gran escala, se admite que existe la posibilidad de que Pionyang lleve a cabo ataques estratégicos para evitar una escalada rápida. Jon Finer, viceasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, sostuvo que Corea del Norte ha elegido seguir un camino negativo en estas circunstancias.

La analista Jean Lee, del Centro Oriente-Occidente en Honolulu, explica que estas afirmaciones y cambios en la política forman parte de una estrategia más amplia para desestabilizar y generar ansiedad. Según Lee, es posible que Corea del Norte lleve a cabo acciones militares en el Mar Amarillo, donde se encuentran diversas islas pertenecientes a Corea del Sur, recordando el ataque de tropas norcoreanas a una de esas islas en 2010.

Daniel Russel, exalto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, aseguró que el eventual ataque podría superar en gran medida el de 2010.

Las tensiones se han intensificado en Corea del Norte, donde Kim Jong-un afirmó a finales del mes pasado que la unificación con Corea del Sur no será posible en ningún momento. Además, instó a intensificar los preparativos para asegurar todo el territorio de Corea del Sur en caso de una escalada inesperada de confrontación militar con Washington y Seúl.

Recientemente, las autoridades norcoreanas han tomado medidas para interrumpir las comunicaciones con Seúl. Han bloqueado el acceso a Pyongyang Radio en Corea del Sur y han ajustado todas las organizaciones intercoreanas creadas para mejorar las relaciones y lograr una reunificación pacífica de ambas naciones.

Como si eso no fuera suficiente, el líder de Corea del Norte propuso modificar su Constitución para designar a Corea del Sur como el «país hostil número 1» y comprometerse a «ocupar completamente» el territorio surcoreano en caso de guerra entre ambas naciones.