La medida tomada por la Administración de Joe Biden ha causado revuelo en Ecuador y en el mundo político latinoamericano, al prohibir la entrada al país al expresidente Rafael Correa y al exvicepresidente Jorge Glas debido a su presunta participación en actos de corrupción durante sus respectivos mandatos.

Según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, Correa y Glas no serán elegibles para ingresar a Estados Unidos debido a su implicación en graves casos de corrupción que incluyen la aceptación de sobornos a cambio de favorecer contratos gubernamentales.

Esta medida se enmarca en el compromiso de la nación norteamericana de apoyar a aquellos ecuatorianos comprometidos con la transparencia gubernamental y la lucha contra la corrupción. La decisión de prohibir la entrada al país también se extiende a los familiares más cercanos de Correa y Glas.

Correa rechaza la medida

Correa, quien actualmente reside en Bélgica después de recibir asilo político en 2022, ha expresado su indignación frente a esta medida, alegando su inocencia y cuestionando la legitimidad de las condenas en su contra por casos de corrupción como el de los ‘Sobornos 2012-2016’.

“La maldad humana… obvian que nadie en el mundo ha aceptado la sentencia por ‘influjo psíquico’ y que cinco países han dado asilo político a los involucrados en el Caso Sobornos. Meten hasta a mi familia ¡No hay derecho!”, expresó Correa.

Por su parte, el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, fue detenido el pasado 5 de abril en la Embajada de México en Quito por las fuerzas de seguridad ecuatorianas. Glas había llegado a la embajada en diciembre de 2023 para solicitar asilo diplomático, el cual le fue concedido horas antes de su detención por el Gobierno mexicano.

Acusan persecución política

La detención de Glas se produjo debido a una orden de captura e ingreso en prisión preventiva por su presunta implicación en malversación de fondos públicos en el caso de las obras de reconstrucción tras el terremoto de 2016. Además, el exvicepresidente debía cumplir una pena de ocho años de cárcel por condenas previas por corrupción en los casos Odebrecht y Sobornos.

Glas, al igual que el expresidente Rafael Correa, ha denunciado ser víctima de ‘lawfare’ y persecución política. El exvicepresidente estuvo en prisión en 2017 y fue liberado en 2022 gracias a una resolución judicial polémica que recientemente fue cuestionada por prevaricación.

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