Washington, Estados Unidos.- Tres expresidentes dicen que estarían dispuestos a tomar públicamente una vacuna contra el COVID-19, una vez que esté disponible, para alentar a todos los estadounidenses a vacunarse contra una enfermedad que ya ha matado a más de 275.000 personas en todo el país.

El expresidente Barack Obama dijo durante un episodio de «The Joe Madison Show» de SiriusXM que se emitió el jueves: «Les prometo que cuando esté hecho para personas que corren menos riesgo, lo tomaré».

«Puedo terminar llevándolo a la televisión o haciéndolo filmar», agregó Obama, «solo para que la gente sepa que confío en esta ciencia».

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El expresidente Bill Clinton «definitivamente» estaría dispuesto a recibir una vacuna, tan pronto como «esté disponible para él, en base a las prioridades determinadas por los funcionarios de salud pública», dijo el portavoz Ángel Ureña.

«Y lo hará en un entorno público si ayuda a instar a todos los estadounidenses a hacer lo mismo», dijo Ureña en un comunicado el jueves.

Mientras el exjefe de gabinete del ex presidente George W. Bush, Freddy Ford, dijo a CNN que Bush le pidió recientemente que se reuniera con el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, y la Dra. Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, para hacerles saber “que, cuando sea el momento adecuado, quiere hacer lo que pueda para ayudar a animar a sus conciudadanos a vacunarse”.

Aunque los expresidentes de Estados Unidos, así como todo el mundo están ansiosos, la Administración de Alimentos y Medicamentos considerará autorizar el uso de emergencia de dos vacunas fabricadas por Pfizer y Moderna a finales de este mes, pero las estimaciones actuales proyectan que no estarán disponibles más de 20 millones de dosis de cada vacuna para fines de este año. Cada producto también requiere dos dosis, lo que significa que las inyecciones se racionarán en las primeras etapas.