Un avión de ataque a tierra Su-25 de la Fuerza Aérea rusa se precipitó al mar de Azov el pasado 17 de julio, mientras realizaba un vuelo de entrenamiento en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia. El piloto, que logró eyectarse antes del impacto, no sobrevivió a las heridas causadas por la caída.

Según el servicio de prensa del Distrito Militar Sur, la causa preliminar del accidente fue un fallo en el motor del avión, que no llevaba armamento ni causó daños en tierra. El Ministerio de Defensa ruso ha abierto una investigación para determinar las circunstancias exactas del siniestro y ha enviado una comisión especial al lugar de los hechos.

Russian Defense Ministry: Su-25 attack aircraft crashed during a training flight in the Krasnodar Territory over the Sea of ​​Azov

The preliminary cause of the crash of the Su-25 is engine failure. pic.twitter.com/62pzFrmWPq

— Spriter Team (@SpriterTeam) July 17, 2023

El Su-25 es un avión de asalto diseñado en la Unión Soviética en los años 70 para apoyar a las tropas terrestres

Tiene una velocidad máxima de 950 km/h y un alcance de 1.000 km. Está equipado con un cañón rotativo de 30 mm y puede transportar hasta 4.400 kg de bombas, cohetes y misiles.

Este es el segundo accidente mortal de un avión militar ruso en lo que va de año. El 18 de enero, un bombardero estratégico Tu-22M3 se estrelló en la región de Murmansk, en el norte de Rusia, matando a tres de sus cuatro tripulantes. En septiembre del año pasado, otro avión Su-25 se estrelló en la misma región de Krasnodar, pero el piloto logró salvarse.

Los accidentes aéreos militares son relativamente frecuentes en Rusia, debido a la antigüedad y el mal estado de algunas aeronaves, así como a las condiciones climáticas adversas y a los errores humanos. Según un informe de Aviation Safety Network, una organización independiente que se dedica a la seguridad aérea, desde el año 2000 hasta el 2021 se han registrado 144 accidentes mortales de aviones militares rusos, con un total de 434 víctimas.

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