Tel Aviv.- La tensión en la frontera sur de Líbano se ha intensificado en las últimas horas, después de que el Ejército israelí llevara a cabo «ataques preventivos» contra instalaciones militares del grupo Hezbolá. Como represalia, la organización libanesa lanzó cientos de cohetes y drones contra Israel, desencadenando un intercambio de ataques que ha mantenido en alerta a la población de la región.

El conflicto entre Israel y Hezbolá se intensificó después de la muerte de un alto comandante militar de Hezbolá durante un ataque israelí en Beirut a finales de julio. En represalia, Hezbolá lanzó una serie de ataques contra Israel, lo que llevó al Ejército israelí a realizar bombardeos preventivos en el sur de Líbano para neutralizar posibles amenazas.

El gobierno de Israel levantó las restricciones impuestas a la población civil en el norte del país después del ataque de Hezbolá con drones y cohetes. Sin embargo, se mantienen algunas restricciones en las comunidades cercanas a la frontera con Líbano y los Altos del Golán sirios ocupados por Israel.

El estado de emergencia militar sigue vigente, permitiendo a las fuerzas armadas israelíes dar instrucciones a la población en caso de nuevos ataques. Según informes del Ejército, la fuerza aérea israelí atacó decenas de posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano, evitando un posible ataque masivo contra el norte y centro de Israel.

Las autoridades israelíes creen que Hezbolá tenía como objetivo la base de Gilot, cerca de Herzliya, donde se encuentran unidades estratégicas del Ejército. Por su parte, Hezbolá afirmó haber lanzado más de 320 cohetes y drones hacia Israel como represalia por el asesinato de su comandante militar en Beirut.

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