La muerte de George Floyd después de que el policía Derek Chauvin, quien fue arrestado por cargos de homicidio, lo inmovilizó en el cuello en un estrangulamiento del cuello, ha provocado disturbios en todo el país y se ha convertido en un punto de inflexión política: otro ejemplo de un oficial blanco desatado fuerza mortal sobre un hombre negro.

Pero para los exempleados, DJs y promotores que pasaron tiempo en «El Nuevo Rodeo», un popular club nocturno latino en el sureste de Minneapolis, el asesinato ha provocado dolor, rabia y también conmoción.

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Tanto George Floyd, de 46 años, como Chauvin, de 44, trabajaron como guardias de seguridad a tiempo parcial en el establecimiento.

Maya Santamaría, la ex dueña del club, dijo que Floyd, el padre de una niña de seis años, era «un amor» y que «todos lo amaban». Santamaría dijo que contrataba a George para las noches ocupadas, para unirse a los otros 25 guardias de seguridad dentro del club.

Chauvin, quien dijo que trabajó para ella casi todos los fines de semana durante 17 años, se quedaba afuera, generalmente en su auto patrullero o revisando identificaciones. La ex dueña del club le pagó al oficial, así como a otros tres o cuatro, 55 dólares por hora para mantener la paz, algo que confesó fue por órdenes de la ciudad para que su club pudiera «mantenerse en funcionamiento».

Maya reveló a la prensa que no sabía si ellos se habían hablado alguna vez pero ambos trabajaron al mismo tiempo en varios eventos durante un año.