El Gobierno de Ecuador anunció una extensión hasta el 29 de febrero de la suspensión de los apagones programados, medida implementada originalmente entre finales de octubre y mediados de diciembre debido a la baja generación en las plantas hidroeléctricas causada por la sequía.

Esta decisión se toma tras evaluar las recientes lluvias que han contribuido a mejorar los caudales de los ríos que alimentan las principales hidroeléctricas del país. La situación, aunque aliviada, resalta los desafíos energéticos que enfrenta Ecuador.

Lluvias favorecen la decisión

El Ministerio de Energía ecuatoriano anunció la prolongación de la suspensión de los apagones, atribuyendo la decisión a las lluvias de las últimas semanas. Datos del Operador Nacional de Electricidad (Cenace) indican que el reservorio que abastece al complejo hidroeléctrico Paute alcanzó niveles suficientes para el adecuado funcionamiento de importantes plantas como Mazar y Amaluza.

Reducción de importaciones y participación hidroeléctrica

El buen desempeño de estas plantas ha llevado a una reducción significativa de la importación diaria de energía desde Colombia y Perú, con valores inferiores a cinco gigavatios por cada hora durante enero. Según el Cenace, actualmente, el 70% de la demanda interna se cubre con generación de plantas hidroeléctricas y otras no convencionales, mientras que el 25% proviene de centrales térmicas y el 5% restante de importación de electricidad.

En un esfuerzo por garantizar la estabilidad energética, las autoridades ecuatorianas han decidido llevar a mantenimiento varias centrales de generación desde mediados de enero hasta marzo. Este enfoque estratégico es esencial para la operación energética, especialmente en periodos de estiaje, y busca prevenir posibles interrupciones en el suministro eléctrico.

Desafíos en el sector energético ecuatoriano

Ecuador, después de trece años sin enfrentar apagones, experimentó racionamientos en 2023, principalmente durante el último trimestre del año, debido a una fuerte sequía que afectó a las principales plantas hidroeléctricas. Expertos han señalado que la crisis eléctrica también tiene raíces en la falta de mantenimiento e inversiones durante la administración del expresidente Guillermo Lasso.

La extensión de la suspensión de apagones brinda un respiro temporal, pero destaca la importancia de abordar de manera integral los desafíos estructurales del sector energético ecuatoriano. La transición gubernamental a Daniel Noboa plantea la oportunidad de revisar políticas y estrategias para garantizar un suministro eléctrico confiable y sostenible en el futuro.

La decisión del Gobierno ecuatoriano de prolongar la suspensión de apagones es una respuesta positiva ante las condiciones climáticas mejoradas. Sin embargo, pone de relieve la necesidad de un enfoque a largo plazo para fortalecer la infraestructura y la gestión del sector energético, asegurando así un suministro estable y continuo para el país.

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