Guatemala vivió este domingo una jornada electoral marcada por la incertidumbre y la violencia, debido a las denuncias de irregularidades en varios municipios del país, donde se registraron disturbios, quema de papeletas y enfrentamientos con la policía.

Más de nueve millones de guatemaltecos estaban convocados a elegir al nuevo presidente, vicepresidente, 160 diputados al Congreso, 340 alcaldes y 20 representantes al Parlamento Centroamericano.

Sin embargo, el proceso se vio empañado por las acusaciones de compra de votos, traslado ilegal de votantes, amenazas a las autoridades electorales y falta de transparencia.

Los incidentes más graves se reportaron en San José del Golfo, en la periferia noreste de la capital, donde la votación fue suspendida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) luego de que un grupo de pobladores interceptara autobuses con votantes de otros lugares y amenazara con agredir a los miembros de las mesas receptoras de votos y de la Junta Electoral Municipal.

La policía de Guatemala tuvo que intervenir para dispersar a los manifestantes con gas lacrimógeno y resguardar el material electoral

Otro caso de violencia se registró en San Martín Zapotitlán, al sur de la Ciudad de Guatemala, donde los pobladores quemaron las papeletas en un centro de votación por la misma denuncia de acarreo de votantes. La policía detuvo a once personas y logró retomar el control de la situación.

El TSE informó que también hubo incidentes menores en otros municipios del país, como Huehuetenango, Quiché y Chiquimula, donde se presentaron denuncias por propaganda ilegal, falta de boletas o retrasos en la apertura de los centros de votación.

El presidente del TSE, Julio Solórzano, hizo un llamado a la calma y a la participación ciudadana, y aseguró que se investigarán todas las anomalías reportadas. También dijo que se tomarán las medidas necesarias para garantizar el voto en los lugares donde se suspendió la elección.

Guatemala es uno de los países más pobres y violentos de América Latina, con altos índices de corrupción e impunidad. Los candidatos presidenciales que encabezan las preferencias son Sandra Torres, del partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y Alejandro Giammattei, del partido conservador Vamos.

Te puede interesar: Honduras decreta toque de queda nocturno tras una serie de masacres que deja 22 muertos